Seis detenidos en Sudáfrica por disparar a un supuesto genocida ruandés reclamado por la Audiencia
El general Nyamwasa está acusado de ordenar la muerte de un misionero y tres cooperantes españoles
El general ruandés Kayumba Nyamwasa, reclamado por la Audiencia Nacional por crímenes de guerra, contra la humanidad y genocidio así como por ordenar la muerte de un misionero y tres cooperantes españoles en Ruanda, permanece hospitalizado en condición estable después de haber recibido el sábado un disparo en el estómago cuando regresaba a su casa en Johanesburgo tras visitar un centro comercial. Nyamwasa, al que la policía perdió la pista en febrero a pesar de vivir en una urbanización de lujo de esa ciudad, será puesto bajo vigilancia. La policía surafricana ha detenido a seis sospechosos del atentado contra el general, disidente del gobierno en Ruanda de Paul Kagame, el general tutsi al mando del país desde el genocidio de 1994. La mujer de Nyamwasa ha culpado a Kagame de estar detrás del atentado.
Nyamwasa, antigua mano derecha de Kagame, llegó a Sudáfrica el pasado 27 de febrero haciendo uso de su pasaporte diplomático tras ser acusado por el régimen de Kagame de orquestar actos terroristas para desestabilizar su gobierno. El sábado, un hombre que había servido a las órdenes del general, esperaba el vehículo de Nyamwasa a la entrada de su residencia, vallada y con servicio de seguridad privada. Al entrar el coche, el hombre se coló y consiguió disparar contra el general hiriéndolo en el estómago. Tras su hospitalización, la policía surafricana ha acordado que el general, contra el que existen tres órdenes de arresto internacionales de Francia, Ruanda y España, será custodiado de forma permanente hasta que el Gobierno de ese país valore los documentos de extradición de los tres países que la solicitan y decida a quién lo entrega para ser juzgado.
La ministra ruandesa de exteriores, Louise Mushikiwabo, negó cualquier vinculación con los hechos y dijo que confiaba en la eficacia de la policía surafricana en la resolución del caso. Ruanda acusa al Nyamwasa de la campaña de atentados ocurridos en Kigali en los últimos meses. El militar lo niega y acusa a los jueces de su país de estar bajo el control de Kagame.
El juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu tiene indicios de que Nyamwasa ordenó y supervisó la muerte del misionero catalán Joaquim Vallmajó en 1994 y la de los miembros de Médicos del Mundo Flors Sirera, Manuel Madrazo y Luis Valtueña en 1997. Junto a Nyamwasa, Andreu tiene procesados por genocidio al presidente Kagame y a otros 38 cargos del Ejército Patriótico Ruandés, a los que acusa de haber dirigido matanzas de civiles hutus tras el genocidio de estos últimos sobre los tutsis, en 1994, y en el que se calcula que murieron 800.000 personas.
La acusación particular solicitó ayer a Andreu que inste de nuevo a Interpol la detención del general. También reclamó que se pida autorización a Suráfrica para que el juez se desplace a Johanesburgo y le tome declaración como imputado o, en su defecto, se le interrogue mediante videoconferencia. Suráfrica, a pesar de su situación geográfica, firmó el Convenio Europeo de Extradición, lo que, según fuentes de la Audiencia Nacional, facilitaría su entrega a España. El magistrado español espera ahora que Interpol le comunique la detención de Nyamwasa para enviar a ese país toda la documentación sobre la extradición.
Nyamwasa no es el único desafecto del régimen de Kigali en haber encontrado cobijo en Suráfrica. De hecho, el fiscal general de Ruanda, Martin Ngoga, vincula a Nyamwasa con otro ex-alto rango militar ruandés, el disidente coronel Patrick Karegeya, quien fuera poderoso director de los servicios de Seguridad Exterior (un superespía), también caído en desgracia y que escapó del país después de servir 18 meses de prisión por insubordinación. La policía desconoce asimismo su paradero.
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