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Entrevista:ALI AKBAR JAVANFEKR / Director de la agencia oficial de noticias iraní, IRNA

"Somos víctimas de una guerra blanda"

Con medio centenar de periodistas encarcelados, cinco diarios y una revista clausurados y otras 16 publicaciones advertidas, la libertad de prensa se presenta como una de las principales víctimas de la crisis política que vive Irán desde las elecciones presidenciales del año pasado. El hasta ahora asesor presidencial para medios de comunicación, Ali Akbar Javanfekr, acaba de ser nombrado director de Irna, la agencia oficial de noticias iraní. Este influyente periodista, que antes fue corresponsal de la propia Irna en Madrid, ha recibido a EL PAÍS para hablar del estado de la libertad de prensa en Irán.

Durante casi una hora de conversación quedó patente la enorme distancia entre lo que Occidente y las autoridades iraníes entienden por libertad de prensa. Javanfekr defendió que Irán es "una sociedad libre" y que goza de libertad de prensa. Confrontado con las limitaciones cotidianas en el acceso a Internet o las interferencias a las cadenas por satélite, achacó las medidas puntuales a la "guerra blanda" de la que Teherán dice estar siendo víctima. Muchos de sus propios colegas iraníes cuestionan esa versión.

Pregunta. Reporteros Sin Fronteras ha calificado a Irán de "la mayor cárcel para periodistas del mundo". ¿Cuál es el estado de la libertad de prensa en Irán?

Respuesta. La libertad de prensa no es algo que un Gobierno pueda dar o quitar porque está garantizada por la Constitución [iraní], donde se establece que la prensa es libre dentro del marco del interés y la seguridad nacionales. Lo que sucede es que en algunos momentos quienes aplican la ley lo hacen de forma que facilita ese ejercicio y en otros que lo dificulta.

P. ¿Y ahora en qué momento estamos?

R. Durante el primer Gobierno del presidente Ahmadineyad, hubo una aplicación más suave y ahora, en este segundo mandato, más estricta. La diferencia es en cómo se aplica la ley.

P.¿Por qué este Gobierno aplica de forma más dura la ley?

R. No se puede decir que es la posición del Gobierno. En buena medida depende de la personalidad de quien se ocupa de esa tarea. En la actualidad, el responsable, por lo que se desprende de su trabajo, es más duro. El presidente no ha cambiado.

P.¿Quién es ese responsable?

R. El viceministro de Cultura y Orientación Islámica para Asuntos de Prensa [Mohamed Ali Ramin] es el último responsable por eso a veces se tiene la idea errónea de que es la posición del Gobierno. Pero, permítame recordarle, que el presidente Ahmadineyad pidió ser criticado en una entrevista hace dos semanas. Los periodistas no debemos confundirnos sobre la posición del Gobierno. De hecho, unas recientes circulares que el viceministro envió a los periódicos, provocaron tal reacción en contra que han tenido que ser modificadas. Vivimos en una sociedad libre y las decisiones que se toman son resultado de las acciones e interacciones. Ahora estamos llegando a un punto de equilibrio.

P. El presidente pide crítica, pero luego se han cerrado cinco periódicos y una revista y otras 16 publicaciones han recibido advertencias. ¿No deja eso a los periodistas en una situación de inseguridad jurídica?

R. Algunos de nuestros medios no muestran suficiente madurez en el uso de la libertad disponible. Ese punto de equilibrio al que me refería se aplica a los medios de comunicación. Experimentamos excesos que provocan reacciones, que me parecen normales. Es eso lo que nos ayuda a llegar al equilibrio. Hace dos años el presidente Ahmadineyad tenía prevista una entrevista en la televisión iraní sobre asuntos económicos que fue finalmente cancelada. Sin embargo, al día siguiente, varios periódicos criticaron el contenido de una entrevista que no se celebró. Esos son los excesos a los que me refiero y que en última instancia dañan a los medios. Por eso digo que algunos no son lo suficientemente maduros para beneficiarse de la libertad.

P.¿En qué medio puede expresar hoy sus ideas un reformista iraní?

R. En cualquiera.

P.¿De verdad? Pero si han cerrado todos los periódicos reformistas...

R. No, aún se publican Mardomsalari, Ebtekar y otros que tienen tendencias reformistas. Y los que han sido cerrados, se trata de medidas temporales. Además, nosotros, como funcionarios, no contemplamos la prensa como un sistema de partidos. Eso sería un error. Lo mismo que si los partidos y grupos políticos basan sus actividades en los medios. No quiere decir que no puedan tener sus propios medios, pero entonces no serán medios de comunicación [sino órganos oficiales]. Los medios de comunicación tienen que ser imparciales para sacar el mayor beneficio de la libertad. Si dependen de un partido, éste dicta a los periodistas lo que tienen que escribir y el periodista tiene que ser un investigador, investigar la verdad. Me temo que en la actualidad la moda en nuestro país es la confusión, muy caótico, debido a la influencia de las corrientes políticas. Algunos individuos y líneas de pensamiento están abusando la libertad en su propio interés. Esa gente es la que ha frenado nuestra prensa por sus actuaciones.

P.¿No debería ser la opinión pública la que decidiera en qué periódicos confía?

R. No se trata de una interferencia. Ni siquiera el Gobierno interfiere en qué periódicos se cierran. Hay un Comité de Supervisión de la Prensa y sólo uno de sus siete miembros pertenece al Gobierno. El resto proceden de asociaciones profesionales, la universidad o los seminarios religiosos. Esa es la gente que decide de forma colectiva. Se acusa erróneamente al Gobierno de cerrar periódicos. El viceministro de Cultura para Asuntos de Prensa es el secretario de ese comité y ejecuta sus decisiones, por eso se piensa que es el Gobierno quien decide y ejecuta.

P. En una sociedad libre, cada uno expone sus propuestas políticas o ideológicas y el ciudadano elige las que más le gustan. Sin embargo en Irán, el acceso a Internet está cada día más limitado y el Gobierno interfiere la recepción de los canales por satélite. ¿No significa eso que está inseguro sobre los valores que defiende?

R. Tenemos una sociedad libre. La gente tiene acceso a Internet. En muchos hogares tienen acceso a Internet y a las cadenas por satélite. La cuestión para mí es a qué clase de límite o falta de él nos estamos refiriendo. Durante los acontecimientos que siguieron a las últimas elecciones, ciertos países como el Reino Unido, que dirige la BBC, o Estados Unidos, que tiene la VOA, interfirieron abiertamente en nuestros asuntos internos. Incluso la Embajada Británica en Teherán lo hizo. En consecuencia, pusieron en peligro la seguridad de nuestra gente. Así que si en algunos momentos determinados y concretos nos vimos obligados a tomar algunas medidas para garantizar la seguridad de nuestra gente frente a los planes de otras naciones, no significa que queramos limitar la libertad de nuestra sociedad. Pudo ver la respuesta popular el día del 31º aniversario de la revolución el pasado 11 de febrero.

P. Su celo lleva a que no se pueda ver ni su cadena en inglés, PressTV, ni los mensajes en Twitter del líder supremo...

R. Tal vez haya otras manos detrás de las interferencias... Pero no olvide que estamos siendo víctimas de una guerra blanda y cuando se está en guerra, se toman ciertas medidas defensivas. Creo que no necesito explicar más.

P.¿Considera que Irna debe trabajar de acuerdo con criterios periodísticos o difundir las políticas y los valores del Gobierno y el sistema islámico?

R. No hay diferencia entre los valores del Gobierno y del sistema, y estos reflejan el deseo de la gente. Por eso, la gran asistencia a las manifestaciones del 11 de febrero que le mencioné antes. Eso no significa que no vaya a prestar atención a la profesionalidad. Si Irna quiere tener éxito, debe tener una agenda y proyectos profesionales, basados en nuestros propios valores.

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