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São Paulo, asolado por 44 días de lluvias torrenciales

Ya han muerto 72 personas y 30.000 familias se han quedado sin hogar

Juan Arias

Las lluvias torrenciales que inundan São Paulo desde hace 44 días ya son más persistentes que el diluvio bíblico, que duró 40. En la ciudad brasileña y el Estado del mismo nombre ya han muerto 72 personas, 30.000 familias se han quedado sin casa y la vida en esos lugares se ha convertido en un calvario. Ayer se produjeron nuevas inundaciones, que obligaron al cierre del aeropuerto.

Las empresas dejan a sus empleados salir antes del trabajo, ya que las lluvias, con ráfagas de viento de hasta 90 kilómetros por hora, suelen descargar por las tardes. La estación ferroviaria de La Luz ha llegado a estar parada durante 15 días, y en la ciudad se han registrado 52 puntos inundados, con atascos de hasta 154 kilómetros.

El tráfico es un caos, sobre todo en la zona del río Tiete, que se desborda casi todos los días, y se forman monumentales atascos por toda la ciudad, lo que lleva a congestionar también el metro.

Los 44 días de diluvio también tienen importantes consecuencias económicas. El precio de los seguros de los coches se ha duplicado, con miles de ellos atrapados cada día en las aguas y un incremento accidentes. Cosechas enteras de trigo y plátanos han sido destruidas, por lo que han aumentado los precios de algunos alimentos básicos.

El miércoles cayó en São Paulo el doble de agua de la media de todo el mes de enero de años pasados. Los fuertes vientos que suelen acompañar cada tarde a las lluvias han llegado a arrancar en un solo día 50 árboles, aumentando el caos automovilístico y el peligro de accidentes.

Los paulistas, que tienen fama de gente de nervios templados, empiezan ya a dar señales de cansancio y preocupación. Para exorcizar el infierno que están viviendo, recurren incluso al humor. Además de recordar que les está lloviendo más que en el diluvio bíblico y que van a necesitar de otra Arca de Noé, dicen que el Gobierno, que da la Bolsa Familia a 12 millones de familias pobres, debería darles a ellos la Balsa Familia para defenderse contra las lluvias.

La tragedia que están viviendo los paulistas ofrece cada día escenas dramáticas, como el caso de un niño de 11 años, que estaba en la cocina de su casa con dos amigos y las aguas lo arrastraron. El cuerpo del pequeño aún no ha sido hallado.

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