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La capital de México, bloqueada por una protesta

Los manifestantes cierran los accesos a la ciudad en rechazo a la liquidación de la eléctrica pública LyFC

El cierre de la eléctrica pública mexicana Luz y Fuerza del Centro (LyFC), decretado el 10 de octubre, sigue enfrentando al Gobierno de Calderón con el poderoso Sindicato Mexicano de Electricistas (SME). Si el pasado 15 de octubre se convocó una multitudinaria marcha para protestar por la liquidación de la empresa y despido de alrededor de 45.000 trabajadores, este miércoles la movilización incluyó bloqueos estratégicos en todos los accesos de Ciudad de México que, además de provocar el caos en esta ciudad de 20 millones de habitantes, derivaron en enfrentamientos con la policía y, según el diario El Universal, la detención de diez personas que supuestamente dispararon contra los agentes.

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Tras anunciar la liquidación de la empresa, el Ejecutivo ha descartado privatizarla porque la considera inviable, pero los sindicatos creen que tras este movimiento existen otros intereses empresariales del sector privado. El Gobierno, como compensación, está pagando indemnizaciones a los trabajadores y prevé contratar a una parte para la Comisión Federal de Electricidad, la compañía que suministra al resto del país y que se ha hecho cargo de las operaciones de la LFC.

Los manifestantes se apostaron en las casetas de cobro de carreteras que comunican la capital del país con las ciudades de Toluca (oeste), Cuernavaca (sur), Puebla (sureste) y Querétaro (norte). En la autopista México-Puebla, la policía federal utilizó gases lacrimógenos y hubo conatos de enfrentamiento, mientras que en la salida a Querétaro la prensa local informó de disparos al aire de las autoridades para ahuyentar a personas que habían supuestamente agredido a los agentes con algunos vehículos.

Además, desde cinco puntos distintos de la ciudad, los manifestantes marcharon en dirección al Ángel de la Independencia, en el que se congregaron para encaminarse hacia la residencia Oficial de Los Pinos, donde se halla la vivienda del jefe del Estado, Felipe Calderón, y las oficinas de la Presidencia de la República.

La protesta fue secundada por el sindicato de trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con lo que las clases en la mayor universidad de Latinoamérica, que cuenta con unos 300.000 estudiantes, fueron suspendidas.

Además, el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos de México, un sector de los empleados de la telefonía, y más de 700 organizaciones sociales miembros de la Asamblea Nacional de la Resistencia Popular se sumaron a las protestas para revertir el cierre de LyFC.

Durante las movilizaciones, los obreros protestaron frente al edificio de la Bolsa de Valores, los canales de televisión Televisa y TV Azteca, la compañía Teléfonos de México, los ministerios de Hacienda y del Trabajo, la Junta de Conciliación y Arbitraje, instalaciones de LyFC, e incluso ocuparon edificios de la UNAM y de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

En un comunicado, el SME afirma que el "descontento acumulado por tantos años de neoliberalismo comienza a expresarse no sólo en la capital del país, sino a todo lo largo y ancho de la República". El Gobierno federal "solo le puso más gasolina a la hoguera", añadió. Frente a la sede central de la LyFC se celebró un mitin al que acudieron líderes del sindicato y diputados izquierdistas.

Los manifestantes intentan cerrar el paso a los coches en una de las entradas de la ciudad.
Los manifestantes intentan cerrar el paso a los coches en una de las entradas de la ciudad.EFE

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