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Asesinado en Ingushetia un activista de los derechos humanos

Maksharip Áushev, asesor en la institución del Defensor del Pueblo de Rusia, era un firme opositor al ex presidente Murat Ziázikov

Maksharip Áushev, un defensor de los derechos cívicos en la república de Ingushetia, en el norte del Cáucaso, ha perecido hoy en un atentado, lo que añade otra muerte a la larga lista de activistas de Organizaciones no Gubernamentales y políticos de oposición que han sido víctimas de la violencia en esta conflictiva región de la Federación Rusa.

El crimen parece responder a un plan premeditado. Áushev había sido amenazado y también objeto de un intento de secuestro fallido a mediados de septiembre. El asesinado era asesor en la institución del Defensor del Pueblo de Rusia y se había distinguido por sus activa oposición al ex presidente de Ingushetia, el general del Servicio Federal de Seguridad, Murat Ziázikov, cuyo mandato (2002-2008) se caracterizó por la arbitrariedad, violencia e impunidad de los órganos del orden público. Cuando Magomed Yevlóev, el propietario de la página de web "ingushetia.ru" (ahora "ingushetia.org"), fue asesinado por un policía miembro de la escolta de Ziázikov, a fines de agosto de 2008, Áushev se hizo cargo temporalmente de aquella página de web.

Tras la sustitución de Ziázikov por Iunus-Bek Yevkúrov, un general del servicio de inteligencia militar, el clima entre las autoridades políticas y la oposición cívica mejoró en Ingushetia. Yevkúrov trató de encauzar la lucha contra el terrorismo en el marco legal, inició un diálogo con la sociedad y se tomó en serio la lucha contra la corrupción. Sin embargo, él mismo fue objeto de un atentado que casi le costó la vida el 22 de junio.

Áushev fue alcanzado por ráfagas de metralleta hoy por la mañana en el territorio de Kabardino-Balkaria, cuando conducía un coche con dirección a la ciudad de Nalchik. Su prima que viajaba en el vehículo está malherida. "Esto no es solo un atentado contra el derecho, esto es un desafío a la sociedad civil, a las autoridades, al Estado", dijo Musa Plíev, ayudante de Yevkúrov. Y agregó: "Cuando de hecho absolvieron al asesino de Magomed Yevlóev, comprendí que seguirían matando a defensores de derechos humanos. "Y Áushev no es el último".

El líder de la oposición ingush, Magomed Jazbíev, convocó una manifestación frente al domicilio del muerto y acusó a los órganos de orden público de estar involucrados en el asunto.

Tatiana Lokshina, de Human Rights Watch, calificó de "insoportable" la atmósfera para el trabajo de los activistas de derechos civiles en el norte del Cáucaso y afirmó que dedicarse a estas actividades equivale prácticamente a una forma de "suicidio". Por su parte, Svetlana Gánnushkina, de la ONG Memorial, considera el crimen como un golpe contra el presidente Yevkúrov. "Lo que sucedió es terrible. Está claro que el asesinato se ha convertido en un método normal de resolver problemas en Rusia", dijo a Interfax.

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