El Gobierno mexicano cierra la compañía eléctrica que abastece el centro del país
Calderón esgrime los malos resultados operativos y financieros de Luz y Fuerza del Centro para justificar su decisión.- Los trabajadores de la empresa se encierran en la sede del sindicato para estudiar medidas de respuesta
El Gobierno mexicano ha decidido cerrar una de las dos compañías eléctricas públicas del país, Luz y Fuerza del Centro, que abastece de electricidad a la zona centro del país (estados de Morelos, Estado de México, Puebla e Hidalgo), y la capital, México DF, y que cuenta con 6,2 millones de clientes, por sus malos resultados operativos y financieros. La segunda empresa eléctrica del país (ambas son públicas), tiene un pasivo laboral de 240.000 millones de pesos mexicanos (12.275 millones de euros aproximadamente) y sus costos "casi duplican a sus ingresos por ventas", según recoge el decreto presidencial. "Los resultados reportados por Luz y Fuerza del Centro son notablemente inferiores respecto de empresas u organismos que prestan el mismo servicio a nivel internacional", dice el decreto.
La policía federal ocupó poco antes de las 23.00 de ayer, hora mexicana (06.00 de hoy, hora española) las instalaciones de la compañía, después de la publicación de un decreto en el Diario Oficial de la Federación en el que se recoge la decisión del cierre.
Tras la decisión, un grupo de trabajadores de la compañía se han concentrado en la sede del sindicato de electricistas, mientras los líderes sindicales analizan las medidas de respuesta a la intervención de la empresa. El sindicato, enfrentado con las autoridades porque éstas no reconocen a su líder, Martín Esparza, ha alertado en un comunicado de las "graves implicaciones" que la medida del cierre puede acarrear a miles de trabajadores y a los millones de usuarios del servicio. El pasado jueves, el sindicato llevó a las calles a trabajadores y simpatizantes (15.000 según las autoridades, 60.000, según los sindicalistas) que marcharon hasta la residencia oficial de Los Pinos, donde vive el presidente, para exigir a Calderón respeto a la vida interna del sindicato.
Sin embargo, el sindicato ha sido duramente criticado por empresarios y algunos analistas, por considerar que entorpece el desarrollo de la empresa dadas las prestaciones "exageradas" que reciben los trabajadores. A pesar de esto, Esparza, el líder del sindicato, rechaza los datos que ofrece el Gobierno y achaca a una "campaña mediática" en contra de la compañía y del sindicato la decisión tomada por Calderón.
El Gobierno ha garantizado el suministro a los usuarios, así como las indemnizaciones correspondientes a los trabajadores que pierdan su trabajo por el cierre de la compañía. Sin embargo, el sindicato dice en su comunicado que tardará unas horas en "fijar una postura" sobre los hechos, que ha calificado de "cuestionables y desconcertantes".
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