Ahmadineyad intensifica sus ataques contra los moderados en el último día de campaña
Los sondeos sitúan al reformista Musavi con opciones de arrebatar la presidencia al actual mandatario iraní
El último día de campaña en Irán, que celebra este viernes elecciones presidenciales, ha sido empleado por el presidente Mahmoud Ahmadinejad para intensificar sus ataques contra su principal rival, el reformista Mir Hosein Musavi, a quien los sondeos otorgan posibilidades reales de hacerse con la presidencia.
En un mitin que ha congregado a decenas de miles de personas en la Universidad de Sharif, al sur de Teherán, el mandatario iraní ha acusado a Musavi de infringir las leyes iraníes por recurrir al insulto durante su campaña. "La persona que insulta al presidente debe de ser castigada, y el castigo es la cárcel", ha dicho Ahmadineyad, que ha comparado a Musavi con Adolf Hitler. "Los insultos y acusaciones contra el Gobierno son un regreso a los métodos empleados por Hitler: repetir mentiras hasta que las gente acaba creyéndolas"
Mousavi y otros dos candidatos acusan a Ahmadineyad de mentir al pueblo iraní sobre el estado real de la economía de la República islámica, que sufre una brutal inflación y una caída en picado de los ingresos por la venta de petróleo, la principal riqueza del país de los ayatolás, quinto mayor exportador de crudo del mundo. También denuncian que el actual presidente ha aislado a Irán con ataques furibundos contra Estados Unidos y con su agresiva política nuclear y su negación sistemática del Holocausto.
La tensión se elevó además en las últimas horas al hacerse pública una inusual carta de Alí Akbar Hashemí Rafsanyaní (presidente entre 1989 y 1997) al líder supremo, el ayatolá Alí Jameini. En la misiva, Rafsanyaní, uno de los políticos más influyentes de Irán, pide la intervención de la máxima autoridad de la República Islámica ante "las falsedades y las mentiras" que Ahmadineyad ha lanzado contra él, informa Ángeles Espinosa.
Debate nuclear
El aspirante moderado Musavi apuesta por relajar las tensiones nucleares pero sin ceder a las demandas de las potencias occidentales que reclaman el fin del programa nuclear iraní porque sospechan que busca la fabricación de la bomba nuclear. Irán sostiene que su programa atómico es pacífico.
Con todo, los comicios de este viernes no cambiarán la política nuclear de Teherán, porque es el líder supremo quien tiene la última palabra, pero una victoria de Mousavi supondría un cambio en la política exterior iraní y en las relaciones con Occidente.
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