Un atentado se cuela entre miles de nuevos desplazados en el noreste de Sri Lanka

Al menos 17 personas han muerto esta mañana por un atentado suicida en el noreste de Sri Lanka, campo de batalla entre el Ejército del país y los Tigres Tamiles, guerrilla independentista (LTTE, en sus siglas en inglés) que tiene en jaque al Gobierno de Colombo desde 1983. Según ha informado el Ministerio de Defensa, los autores del ataque, que podrían heber sido dos según medios indios, han aprovechado el desplazamiento de un grupo de refugiados hacia la zona controlada por el Gobierno para hacer estallar el explosivo. El atentado coincide con el derribo de un muro defensivo de tierra en el distrito de Mullaitivu, bastión de los tamiles. El presidente Mahinda Rajapaksa ha dado 24 horas al líder de la guerrilla, Prabhakaran, para su rendición.

No es la primera vez que se produce un atentado sangriento contra desplazados que abandonan la zona tamil, hoy unos 20 kilómetros cuadrados de terreno. El pasado 9 de febrero, una terrorista suicida tamil causó la muerte de unas 30 personas en la zona norte del país. Según fuentes militares, la suicida se había camuflado entre un grupo de refugiados a los que los militares estaban registrando en busca de armas.

Miles de estos refugiados están siendo ubicados en campos diseñados para su internamiento y control durante un periodo de tiempo no concretado, como ya informó EL PAÍS. Según publica hoy el diario británco The Guardian tras una visita de un grupo de reporteros a uno de estos campos, los desplazados viven bajo la amenaza de las enfermedades debido a la falta de condiciones de higiene y bienestar.

El atentado de hoy se ha producido después de que el Ejército lograra romper la barrera de arena levantada por los tamiles en el pueblo de Puthumathalan, en el distrito de Mullaitivu, último bastión de los cerca de 2.000 efectivos del LTTE en el noreste del país. Según datos del Ministerio de Defensa, solo durante el día de hoy, las operaciones del Ejército han "rescatado" a unos 30.000 civiles del territorio dominado por el LTTE. Si se confirma esta cifra, sujeta a los intereses propagandísticos de las dos partes en conflicto, la guerrilla tamil habría recibido unos de los golpes más duros de los últimos meses.

Según los datos de Naciones Unidas, cerca de 100.000 civiles permanecen todavía atrapados en la zona de combate. Desde el pasado mes de septiembre, el Gobierno que dirige Mahinda Rajapaksa ha intensificado su ofensiva para acabar con un conflicto que dura ya casi 25 años y enfrenta a la minoría tamil (de religión hindú) y la mayoría cingalesa (de religión budista).