Asesinado en Cuba un sacerdote español
El cuerpo apuñalado de Eduardo de la Fuente fue encontrado en una carretera a 20 kilómetros de La Habana
El sacerdote español Eduardo de la Fuente Serrano, de 61 años de edad, ha aparecido apuñalado en la cuneta de una carretera de Cuba a unos veinte kilómetros de La Habana, han informado a Efe fuentes de la familia del religioso.
Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ha confirmado la noticia, si bien no ha querido dar más detalles de la muerte del sacerdote hasta que el consulado de la embajada española en aquel país no envíe un informe sobre lo ocurrido.
Antonio Gómez, cuñado del fallecido, ha explicado que Eduardo de la Fuente residía y trabajaba en La Habana desde hace tres años, donde realizaba labores humanitarias porque "siempre estaba donde están los pobres y los necesitados".
Eduardo de la Fuente comenzó a trabajar en La Habana hace una década -cuando hacía suplencias en verano y sustituía a un sacerdote cada mes de julio- pero "arraigó tanto en ese país que decidió trasladarse definitiamente hace tres años" para ayudar a la gente más necesitada del barrio en que residía.
Antes de marcharse a Cuba, El sacerdote había trabajdo en la Parroquia de Nuestra Señora del Sagrario en Carabanchel, en la parroquia del Espiritú Santo de Aranjuez y visitiba a presos de cárceles como Alcalá-Meco. "Eduardo ya era así; recogía y hospedaba a todos los que le pedían ayuda, incluso adoptó a cinco hermanos de etnia gitana que habían sido abandonados por sus padres, el mayor de ellos con quince años y la menor de dos años de edad", explica Antonio Gómez.
El Obispado de Cuba ha sido quien ha notificado a la familia del párroco español que éste ha aparecido "hace unas cuarenta y ocho horas, en una cuneta a unos veinte kilómetros de La Habana, muerto y apuñalado junto a su coche que habían quemado para destruir pruebas", según Antonio Gómez.
Eduardo de la Fuente ejercía su trabajo en La Habana "con discreción" porque "era muy prudente" y no solía hablar de asuntos políticos, "sólo se preocupaba de llevar bolígrafos y medicinas" a la gente de su barrio, explica el familiar.
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