Sully, el héroe del avión del Hudson
El piloto del A-320 que amerizó sobre el río en Nueva York sin víctimas mortales, recibe alabanzas por su pericia
Se llama Chesley Sullenberger, le apodan Sully, tiene 57 años y es ya un héroe para medio mundo y para todo EE UU. Es el piloto del Airbus A-320 que este jueves amerizó suavemente sobre el río Hudson, en Nueva York, después de que una bandada de pájaros impactara contra el aparato, obligándole a tomar tierra -o agua- de inmediato. Los 150 pasajeros y los cinco miembros de la tripulación salvaron la vida -hay una persona con fracturas en las piernas y se atendió a otros heridos- gracias a la pericia del piloto, cuya hazaña es objeto de unánime admiración.
Una vez confirmado que no había fallecidos en el incidente, el gobernador de Nueva York habló de "milagro" en el Hudson y el alcalde de la ciudad alabó la "maestría" de Sullenberger. "Parece que el piloto hizo una obra maestra al aterrizar sobre el río y después al asegurarse que todo el mundo salía del avión", dijo Michael Bloomberg, alcalde de Nueva York. "He mantenido una larga conversación con el piloto, recorrió el avión dos veces después de que todo el mundo había salido para verificar que no quedaba nadie".
No en vano, Sully tiene cerca de 40 años de experiencia. Se graduó en la Academia de la Fuerza Aérea de EE UU a principios de los 70 y pilotó un avión militar F-4 en esa década, según informa. Luego, en 1980 fichó por USAir, convertida después en USAirways, y se convirtió en lo que allí llaman un check airman, un piloto encargado de formar y evaluar a otros pilotos al incorporarse a la compañía, al cambiar de avión o al ascender de categoría.
Prepárense para un impacto
Según una reconstrucción de los hechos, Sully sintió el impacto de los pájaros y la pérdida de potencia del avión y tuvo que tomar decisiones rápidas junto con su tripulación. Divisaron en la distancia algo que parecía una pista de aterrizaje, que en realidad es un pequeño aeródromo, el de Teterboro, en Nueva Jersey. El aeropuerto dio instrucciones al piloto para que volara en dirección sur, sobre el Hudson, para después virar en dirección norte y aterrizar allí. Pero el piloto dijo al controlador que no podía y que amerizaría en el río, cosa que hizo, suavemente, apenas tres minutos después de despegar. "Prepárense para un impacto", dijo al pasaje.
No es frecuente que un piloto de un avión comercial se quede sin potencia y tenga que planear, pero a veces es necesario y el piloto debe saber hacerlo bien. Sullenberger es un buen planeador, según los datos de la Administración Federal de Aviación. Además, posar un avión como el A-320 sobre el agua, aunque sean aguas tranquilas -y gélidas- como las del Hudson, no es fácil, máxime cuando los pilotos sólo ensayan este tipo de maniobras en un simulador: no hay práctica real posible de amerizaje.
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