China y Taiwan rompen con 59 años de prohibición en el transporte
Ambos restablecen sus conexiones directas por aire y por mar, así como los servicios postales
China y Taiwan, enemigos históricos desde que ambas partes se separaron en 1949, siguen su camino por estrechar lazos y hoy han iniciado las conexiones directas de transporte tras 59 años de prohibición, aunque el pasado julio Pekín ya puso en marcha vuelos regulares con Taiwan.
Enfrentados desde la Guerra Civil china, ambos han restablecido sus conexiones por aire y por mar, así como los servicios postales. Con el objetivo de impulsar la cooperación económica y propiciar el entendimiento político entre dos antagonistas, la inauguración del transporte directo entre Taiwan y China simboliza "el inicio del entendimiento y el fin del enfrentamiento y potencia la competitividad internacional de la isla", ha declarado hoy el presidente taiwanés, Ma Ying-jeou, en el puerto de Kaohsiung.
Ambas partes se habían separado en 1949, cuando los comunistas de Mao Tse Tung ganaron la guerra civil y Chiang Kai-shek huyó a Taiwán. Pero chinos y taiwaneses firmaron varios acuerdos económicos y de transporte para facilitar las relaciones y poner fin a las hostilidades. Taiwan tiene un gobierno autónomo y cuenta con el reconocimiento diplomático de varios estados, pero Pekín la considera una provincia disidente y reclama soberanía sobre Taiwán desde 1949.
Con estas conexiones, los empresarios taiwaneses verán recortados sus gastos y el tiempo empleado en viajes, y la isla ahorrará unos 130 millones de dólares anuales en transporte, según cálculos oficiales. Las grandes empresas isleñas con inversiones en China, en su mayor parte de tecnología media o alta, recortarán sus costos y ampliarán la movilidad de su personal con los lazos directos, con sensibles beneficios.
También permitirán a las empresas internacionales operar a ambos lados del estrecho de Formosa, desplazar personal de un lado a otro, utilizar las ventajas comparativas y cooperar con empresas taiwanesas para penetrar en el mercado chino. Los bancos y empresas financieras taiwanesas ya están preparando una fuerte expansión en China, y la isla espera la llegada de cientos de millones de dólares en inversiones chinas, para la Bolsa y sus proyectos de infraestructura.
La apertura del transporte directo llega cuando el ambiente de inversiones en China ya no es tan beneficioso para los taiwaneses, tras reformas de las leyes laborales y medioambientales que encarecen los costos. La mayoría de los taiwaneses han nacido en una isla gobernada separadamente de China, en la que Pekín era el "enemigo" y la principal amenaza, y la identificación con China es escasa, según algunos expertos.
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