Europa espera con expectación el resultado del referéndum irlandés
Cierran las urnas para la ratificación del Tratado de Lisboa y las encuestas predicen una participación en torno al 45%, lo que favorece a los partidarios del 'sí'
Las urnas han cerrado en Irlanda, pero Europa sigue esperando con incertidumbre y suspense el resultado del referéndum convocado en este país para ratificar el Tratado de Lisboa, ya que el recuento no concluirá hasta la tarde de este viernes. Al cierre de los colegios electorales, a las 22.00 horas (23 horas en la península española), las encuestas de la cadena de televisión estatal son optimistas: la participación puede haber sido más alta que en anteriores plebiscitos, en torno al 40-45%, lo que favorece a los partidarios del sí.
El índice de participación definitivo no se sabrá hasta que el Gobierno irlandés dé a conocer el recuento total de los sufragios. Según los expertos, una mayor afluencia a las urnas beneficia en principio a los partidarios del Tratado de Lisboa, un texto considerado clave para una Unión Europea ampliada a 27 países.
En el plebiscito celebrado en Irlanda sobre el Tratado de Niza en 2001, apenas un 34,7% de los ciudadanos ejerció su derecho al voto y acabó rechazando ese texto, mientras que un año después la participación subió hasta el 48,45% e Irlanda adoptó aquel documento. Fuentes oficiales indican que la participación en la consulta popular de este jueves "parece estar más cerca del segundo referéndum de Niza que del primero, lo cual es una buena señal".
Tres millones de irlandeses tienen en sus manos el futuro de Europa. Irlanda es el único país de la UE que somete a referéndum el Tratado y su rechazo lo haría fracasar. El Tratado de Lisboa es el plan B de la UE a la fracasada Constitución. No hay plan C. Si los irlandeses dicen noz, sumirán a la Unión en otra profunda crisis, más si cabe que la ocasionada por los noes de Francia y Holanda al tratado constitucional, puesto que ahora no hay vía de salida. Y no está descartada una victoria del no.
El Gobierno que dirige Brian Cowen confía en que finalmente, aunque con apuros, sus compatriotas den su visto bueno a un texto del que desconfían por complejo, por echar por tierra su neutralidad, por la defensa común que prevé, pero, sobre todo, por la pérdida de influencia en la UE que conlleva. Siendo un país pequeño y con poca población, apenas un 1% del total europeo, temen los irlandeses que su papel en las instituciones europeas quede reducido a casi nada. "Ni siquiera tenemos garantizado un comisario", dice Patricia McKenna, líder del Movimiento del Pueblo, la más importante plataforma partidaria contraria al Tratado. El único partido parlamentario que rechaza el texto es el Sinn Fein.
"Creemos ciertamente que en las últimas 72 horas, probablemente un poco más, ha habido un fuerte cambio hacia el sí", afirmó la víspera el ministro irlandés para la UE, Dick Roche, citando los resultados de los sondeos realizados por el partido gobernante, Fianna Fail.
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