Conmoción en Perú por el asesinato de una periodista israelí que hacía turismo

Tamar Shahak Better, una ciudadana israelí de 22 años y de profesión periodista, había terminado su servicio militar obligatorio y, como muchos jóvenes de su nacionalidad, decidió hacer un viaje de turismo mochilero a Perú.

Viajaba sola y en sus planes estaba visitar el cañón del Colca y el Cuzco. Pero la visita tuvo un final trágico. El pasado jueves, cuando se aprestaba a dejar la ciudad de Arequipa (1.025 kilómetros al sur de Lima) rumbo a Cuzco, fue asesinada cruelmente. Su cuerpo fue hallado con signos de haber sido violada, golpeada en la cabeza y estrangulada. Su cadáver, con una bolsa de plástico atada a su cabeza, fue hallado el viernes en el distrito de Sachaca, ubicado en las afueras de la ciudad, pero sólo pudo ser identificado el lunes por las autoridades. Ya se encuentra en Lima, desde donde será repatriado a Israel.

La policía peruana sigue buscando a los responsables del homicidio. "Estoy muy conmovido por la muerte de la ciudadana israelí, asesinada por atreverse a caminar sola por las calles de Arequipa. Es ultrajada y su cuerpo abandonado como cualquier cosa", declaró ayer el presidente Alan García. Se presume que el responsable podría ser un taxista, aunque el fiscal encargado del caso no ha querido proporcionar detalles sobre la investigación. Shahak trabajaba para una emisora de radio del Ejército de su país cubriendo informaciones en la franja de Gaza, según informaba ayer el diario peruano El Comercio.

Alan García, siempre muy preocupado por cuidar la imagen de Perú como destino turístico, ha demandado a la policía una rápida resolución del caso. "Necesitamos ubicar a los responsables de ese y otros crímenes", señaló. Es el segundo homicidio similar que se produce en Arequipa en el último mes, de acuerdo con fuentes policiales. El presidente también pidió mano dura a las fuerzas del orden para garantizar la seguridad ciudadana y recordó que, según recientes encuestas, un 80% de la población peruana exige más energía para controlar la creciente sensación de inseguridad en el país.