La 'parapolítica' deja al Congreso colombiano al borde del abismo

El Congreso colombiano vuelve a estar en el punto de mira de la opinión pública. Y la causa, de nuevo, es el escándalo de la parapolítica, centrado en las supuestas relaciones entre políticos y paramilitares. El número de legisladores en la cárcel por este caso ya asciende a 25; sólo tres de ellos son del opositor partido liberal y el resto, de la coalición del Gobierno.

Los vínculos de la clase política con los tenebrosos grupos paramilitares se conocieron hace más de un año; desde entonces, el escándalo ha crecido como la espuma. Además de los 25 detenidos, hay 28 investigados; entre ellos se encuentra Mario Uribe, un querido primo del presidente, Álvaro Uribe.

La detención, a comienzos de esta semana, de tres nuevos legisladores ha suscitado una vez más el tema de la ilegitimidad de esta institución democrática. Gina Parody senadora de uno de los seis partidos uribistas, lanzó una propuesta: "Es necesario convocar a nuevas elecciones del Congreso, hay que hacer una reforma que parta del constituyente primario", dijo. Pero el presidente Uribe le salió al paso de inmediato: para él, ése no es el camino; por el contrario, piensa que con esa medida el país podría dar un "salto al vacío".

La presidenta del Congreso, Nancy Patricia Gutiérrez, tampoco es partidaria de revocar el mandato del Congreso. Para ella, el Congreso es el reflejo del problema real del país y la solución pasa por una reforma política que dicte nuevas reglas de juego para las elecciones. Porque si algo ha dejado claro la justicia es que realmente existieron pactos entre políticos y paramilitares para manipular las elecciones legislativas de 2002.

La presidenta afirmó a mediados del año pasado: "El Congreso está a un punto de estar moralmente deslegitimado". A comienzos de este año dijo a este periódico: "Tenemos una pérdida grande de credibilidad; lo poco que queda hay que rescatarlo para no dejar hundir la institución".

El analista León Valencia, uno de los expertos que más ha investigado el tema de la parapolítica en Colombia, asegura que el primer paso para hacer frente a la grave situación pasa por revocar a los partidos que tienen a todos sus congresistas titulares en prisión o investigados. Hay cinco partidos en esta situación.

Por otra parte, con la sustitución de los congresistas involucrados han llegado al Congreso personas que apenas obtuvieron 4.000 votos.

El escándalo no ha parado

El pabellón de una cárcel de Bogotá donde están recluidos los políticos implicados —entre ellos también hay varios ex congresistas, ex gobernadores y alcaldes— ya tiene el cupo completo. Además, ahora han comenzado a caer políticos de Antioquia, donde echó raíces profundas el paramilitarismo. La semana pasada fue detenido el senador Rubén Darío Quintero, que fue la mano derecha de Álvaro Uribe cuando desempeñaba el cargo de gobernador de ese departamento, a mediados de la década de los 90.