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Los vencedores en Pakistán comienzan los movimientos para formar Gobierno

El PPP, la Liga-N y el Partido Awami están muy cerca de lograr los dos tercios del Parlamento y pretenden marginar al partido de Musharraf

Las fuerzas políticas en Pakistán comienzan sus movimientos tras las elecciones del lunes, que dejaron al presidente, Pervez Musharraf en una situación más que incómoda: su partido sufrió una humillación histórica en el Parlamento, superado por el Partido Popular de la ex primera ministra asesinada Benazir Bhutto y por la Liga Musulmana-N de Nawaz Sharif. Ahora, estos dos partidos buscan un Gobierno de coalición, mientras sus seguidores piden la renuncia de Musharraf. El presidente ha anunciado hoy que no abandonará su puesto y se ha mostrado dispuesto a trabajar con el Gobierno que salga de las elecciones.

Musharraf ha clamado por una "relación armoniosa en interés de la gobernabilidad, del desarrollo y del progreso pacífico de Pakistán", según un comunicado emitido hoy. En su primera reacción oficial tras la derrota de su partido en las legislativas, considera el presidente que las elecciones "han reforzado a las fuerzas moderadas del país". No obstante, en una entrevista con el Diario The Wall Street Journal, el presidente ha descartado que vaya a dimitir: "Aún no, hemos de seguir adelante hacia un gobierno democrático y estable en Pakistán".

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Los vencedores de las elecciones piden a Musharraf que se vaya

El PPP ha comenzado los contactos con la Liga-N de Sharif para lograr un Gobierno que sume los dos tercios de los escaños necesarios para proceder a un cambio constitucional que permita saca a Musharraf de la presidencia. De hecho, la Liga-N de Sharif se ha propuesto como principal objetivo acabar con Musharraf, el hombre que desalojó a Sharif del poder con un golpe de Estado en 1999. Para ello, la Liga-N y el PPP deberán contar con otro aliado, el Partido Nacional Awami, un que ha contribuido a sacar a los partidos islamistas del poder en la Provincia Fronteriza del Noroeste, junto a Afganistán.

"La línea divisoria [para entrar en la coalición] es si uno está con la dictadura [de Musharraf] o si uno está con las fuerzas que luchan por la democracia", ha comentado Taj Haider, un alto cargo del PPP en la cadena de televisión Dawn.

Según los resultados conocidos hasta ahora, no definitivos, el PPP, la Liga-N y el Partido Awami están muy cerca de conseguir los dos tercios de los asientos de la Asamblea Nacional. Otros partidos podrían sumarse a esta mayoría para conseguir la fuerza necesaria para reformar la constitución o para reponer en sus puestos a los miembros del Tribunal Constitucional que Musharraf purgó para asegurarse el tercer mandato que ahora ostenta.

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Los líderes del PPP y de la Liga-N pidieron ayer la retirada de Musharraf, pero éste ha descartado que vaya a marcharse. Sabe que cuenta con el respaldo de EE UU -Musharraf ha sido un aliado clave de Washington en su guerra contra el terrorismo-, que ayer mismo celebró las elecciones como "un paso más hacias la completa restauración de la democracia" y que instó a los partidos vencedores a no marginar a la Liga Musulmana-Q de Musharraf de las negociaciones de Gobierno.

Amistad con EE UU

Cualquiera que sea la opción elegida por los partidos vencedores, el presidente de EE UU, George W. Bush, espera que las nuevas autoridades mantengan la actual amistad entre los dos países. "La cuestión es si [el nuevo Gobierno] va a ser amigo de EE UU, y yo espero que sí", ha dicho el presidente Bush, que se encuentra de gira por África. Finalmente, espera que el nuevo Gobierno no permita que su país sea "un refugio seguro para quienes desean atacar a EE UU y Pakistán".

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