El infierno está en la cárcel

El ministro brasileño de Justicia, Tarso Genro, una de las figuras más destacadas del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, admitió recientemente que la situación en la que viven los presos en Brasil es grave y merece una especial atención por parte de las autoridades federales y estatales. Y eso que probablemente desconocía la situación inhumana en la que se encuentran los detenidos de dos cárceles del Estado de Minas Gerais: la de Contagem, a 90 kilómetros de Belo Horizonte, y la de Ouro Preto, en la famosa ciudad turística del barroco brasileño. Lo sucedido en ambas fue dado a conocer ayer por un grupo de reporteros del diario Folha de São Paulo que consiguieron entrar en sus instalaciones.

Según narran los periodistas, en la prisión de Contagem fueron los mismos presos quienes les contaron historias escalofriantes. Por ejemplo, que el cadáver de uno de los internos, que fue ejecutado por sus compañeros de presidio, terminó comido por las ratas.

No existen médicos en la cárcel y el portero es uno de los presos. Según los periodistas, "el olor a orina, sudor y heces era insoportable. Los presos nunca tomaban baños de sol; para poder estar todos juntos, tenían que estar de pie, ya que no cabían sentados".

La cárcel, al parecer, está llena de ratas y alacranes. Los presos viven hacinados en lugares parecidos a armarios. En uno de estos agujeros llegan a estrujarse 50 de ellos, a pesar de que el espacio ha sido pensado para tres personas. Algunos están enfermos de tuberculosis. Otros parecen ausentes y son calificados de "locos" por sus compañeros.

Cuando los periodistas preguntaron a los presidiarios si les visitaba algún médico, se echaron a reír a coro. Minas Gerais es el tercer mayor Estado de Brasil después de São Paulo y Río de Janeiro, y uno de los más ricos. Su gobernador, Aécio Neves, está considerado como una de las promesas de la política nacional. Este año, su presupuesto para seguridad pública aumentó en un 13%.

¿Cómo explicar la situación de las cárceles visitadas por los periodistas de Folha? Según Maurício Campos Junior, secretario de Defensa Social de Minas, se trata de "resquicios de una situación que debe ser resuelta con un proceso de aceleración de mejoras en las prisiones".

Las instituciones internacionales de defensa de los derechos humanos han criticado y denunciado en repetidas ocasiones la dramática situación de los cientos de miles de presos hacinados en las cárceles brasileñas, donde con mucha frecuencia se producen motines que acacaban en masacres, ya sea entre las distintas facciones de los presos o en los enfrentamientos de éstos con los agentes que les custodian.