Un ex secretario general del PT logra un acuerdo que le libra de la cárcel por corrupción

Los tribunales brasileños han comenzado ya a interrogar a los 40 acusados de haber participado, de formas diferentes, en los escándalos de corrupción que en 2005 zarandearon al Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva y decapitaron a toda la cúpula de su partido, el Partido de los Trabajadores. Ayer tocó el turno al ex secretario general del PT Silvio Pereira, quien consiguió llegar a un acuerdo con la justicia para no ser condenado por asociación delictiva como había pedido el fiscal general del Estado.

A cambio, Pereira se comprometió a realizar trabajos voluntarios durante tres años y quedó sujeto a una especie de libertad condicional durante ese tiempo, con comparecencias periódicas ante los jueces y obligado a comunicar los viajes de una duración superior a ocho días.

Teóricamente, Pereira, que cuando estalló el escándalo concedió a un diario nacional una entrevista explosiva acusando a su partido de haberse financiado ilegalmente, podría volver a la vida política, aunque ayer aseguró que no pensaba hacerlo, del mismo modo en que tampoco piensa volver a afiliarse al partido.

Red de corrupción

Para ayer por la tarde (hora local) también estaba prevista la comparecencia del principal de los 40 acusados, el ex superministro de Lula José Dirceu, acusado de haber sido el cerebro de la red de corrupción que incluía sobornos a diputados para que votasen los proyectos del Gobierno.

Dirceu, que fue presidente del PT y guerrillero en sus tiempos jóvenes, hoy se ha convertido en asesor de grandes empresarios internacionales; para hacer lobby a su favor se sirve de los influyentes contactos con los que aún cuenta dentro de la maquinaria del Gobierno.

En una entrevista reciente con la revista Playboy, Dirceu dejó entrever la fuerza que aún tiene en el Ejecutivo al revelar que Lula seguía pidiéndole consejos.