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45.000 personas mueren cada mes en la República del Congo

Una ONG cifra en 5,4 millones las muertes desde 1998 a consecuencia del conflicto olvidado

El Internacional Rescue Committee (Comité Internacional de Rescate) (IRC) ha publicado un informe que estima que cada mes mueren 45.000 personas en la República Democrática del Congo a consecuencia de la crisis humanitaria que ha acompañado y continuado después de la Segunda Guerra del Congo (1998-2002). La mitad de las muertes son niños y son debidas a la malaria y otras fiebres.

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Informe del International Rescue Committee (en inglés)

El IRC lleva realizando informes sobre las condiciones de mortalidad en la zona desde el año 2000. Los resultados son consistentes con sus estudios anteriores: "Desde nuestro último estudio en 2004, no ha habido cambios en la tasa de mortalidad, que continúa siendo un 60% mayor que la media de los países del África subsahariana", constata Richard Brennan, uno de los autores del informe. Desde el inicio del conflicto, han muerto ya 5,4 millones de personas, informa la organización, lo que convierte al conflicto del Congo en el más mortífero desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

El estudio, en que ha participado el Burnet Institue, un centro de investigaciones australiano, recopiló datos de más de 14.000 hogares en 35 distritos de las once provincias del país entre enero de 2006 y abril de 2007. Los investigadores no pudieron acceder a algunas zonas debido a la violencia que asolaba el este del país en aquel momento. En este momento, la situación en el este ha mejorado, pero la violencia se ha desplazado al norte.

"Cuando la guerra destruye la infraestructura de un país, no hay una solución rápida. Una mejora importante de la salud y la mortalidad en el Congo necesitará años de compromiso firme por parte de la comunidad internacional y el gobierno, así como una inversión financiera sustancial. Tristemente, la crisis humanitaria en el Congo permanece mal entendida y la ayuda es desproporcionada a la inmensidad de las necesidades", concluyó Brennan en la presentación del informe en Pretoria, Sudáfrica.

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