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Muerte en los 'años de plomo'

La familia de un catalán fallecido en una celda durante la dictadura brasileña reclama que se investigue el caso

La familia de un catalán fallecido en una celda durante la dictadura brasileña reclama que se investigue el caso

Los familiares del español Miguel Sabat Nuet, quien según sostuvo la dictadura que imperó en Brasil entre 1964 y 1985 se suicidó en una celda hace 34 años, quieren que se investigue el asunto, convencidos de que fue un asesinato.

Sabat, si se confirmase la hipótesis de asesinato, habría sido el único ciudadano español muerto bajo torturas durante lo que los brasileños recuerdan como los años de plomo de la dictadura. Según los movimientos de derechos humanos, ese periodo de 21 años todavía permanece en la sombra, en parte por una amplia amnistía dictada en 1979, que benefició tanto a los militares como a los integrantes de organizaciones políticas de izquierda que se alzaron en armas contra el régimen dictatorial.

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La historia de Sabat, cuyos restos fueron sepultados el 1 de diciembre de 1973 en un cementerio de São Paulo, fue recuperada en un amplio reportaje publicado ayer por el diario Folha de São Paulo, que localizó en Caracas y Barcelona (España) a su antigua compañera, una de sus hijas y uno de sus hermanos.

Nacido en Barcelona, Sabat Nuet había emigrado para Venezuela, donde vivía con una colombiana de nombre Minerva que adoptó su apellido y hoy, a los 73 años, reside aún en la capital venezolana.

Según el relato de los familiares, Sabat trabajaba en una empresa que vendía automóviles, había viajado a Buenos Aires y pasó por São Paulo en su regreso a Caracas.

Asuntos de "subversión"

La versión oficial de la época dice que el 9 de octubre de 1973 fue abordado en un tren por agentes del Departamento de Operaciones Internas (DOI), un servicio de inteligencia de la dictadura. Según dicha versión, el español intentó huir, saltó del tren en marcha y fue luego detenido.

El DOI sostuvo que en un maletín llevaba documentos que le implicaban en asuntos de "subversión". Uno era una carta en la que se declaraba "socialista".

Sabat, que tenía entonces 50 años, fue encarcelado y, según el DOI, hallado muerto por los guardias en su celda, ahorcado con su propio cinturón.

"Nunca creímos en la hipótesis del suicidio, incluso porque en un documento que vimos en la embajada brasileña en Caracas constaba que había sufrido fracturas. Creemos que fue torturado hasta la muerte", dijo Minerva Sabat a Folha de São Paulo. Carlos Sabat, hermano de Miguel, dijo en Barcelona al periódico que "es imposible creer en el suicidio, hasta porque el cinturón es una de las cosas que primero le quitan a un preso".

La razón de aquel viaje a Buenos Aires no está muy clara para los familiares. Al parecer, intentaba resolver problemas financieros, pero de ninguna manera vinculados a asuntos políticos, dice Folha de São Paulo.

María del Carmen Sabat, hija del español y residente en Caracas, dijo al diario que la familia quiere "esclarecer este episodio y que el cuerpo sea exhumado para saber qué pasó con él en la prisión".

Suzana Lisboa, activista de una organización de derechos humanos brasileña, consideró que el caso debe llegar a manos del juez español Baltasar Garzón, que ha investigado muchas de las atrocidades cometidas por los regímenes dictatoriales que imperaron en el Cono Sur americano durante la década de los años 70.

Según Lisboa, Garzón se entrevistó recientemente con el ministro de Justicia brasileño, Tarso Genro, a quien le comentó que pretende investigar los crímenes cometidos durante la dictadura brasileña.

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