Sharif vuelve a Pakistán mientras Musharraf detiene a cientos de sus seguidores
El ex primer ministro al que derrocó el general en 1999 dice que llega para librar al país de la "dictadura"
El ex primer ministro paquistaní Nawaz Sharif, derrocado por el actual presidente, Pervez Musharraf, en un golpe de Estado incruento en 1999, acaba de llegar a Pakistán tras siete años exiliado en Arabia Saudí. Miles de sus seguidores han sido detenidos por la policía, según han denunciado fuentes del partido de Sharif, líder de la Liga Musulmana de Pakistán.
Nada más llegar, ha afirmado que vuelve al país decidido a "librar a Pakistán de la dictadura". "Queremos democracia y nada más", ha dicho el ex mandatario a la cadena británica al llegar a Lahore desde la ciudad saudí de Medina. "Estoy aquí para jugar mi papel y a hacer mis esfuerzos para librar al país de la dictadura". Además, ha pedido que se deroguen "todas las medidas tomadas el 3 de noviembre", en referencia al estado de excepción declarado ese día por Musharraf para impedir una revuelta en su contra mientras el Supremo decidía sobre la legalidad de su reelección como presidente en octubre.
Sharif, líder de la opositora Liga Musulmana de Pakistán, acompañado de su hermano Shebaz y otros familiares, ha aterrizado en el aeropuerto internacional de Lahore en un avión especial que le facilitó el rey Abdulá de Arabia Saudí. Cientos de sus seguidores le han recibido en el aeropuerto en tono festivo, aunque en un principio las autoridades de Lahore sólo habían dado permiso a un centenar de personas. Ya fuera del aeropuerto, entre 15.000 y 20.000 seguidores se han congregado con pancartas y carteles en favor de Sharif, pese a que los controles y barricadas de la policía.
Sharif llega para presentarse a las elecciones legislativas del próximo 8 de enero, si no decide boicotearlas, de las que debe salir un Gobierno que devuelva al país a la senda democrática. Estará tutelado por Musharraf, que iniciará un tercer mandato ya sin uniforme, dado que se ha comprometido a convertirse en un presidente civil. Sharif ha llegado un día antes de que finalice el plazo de la Comisión Electoral para presentar candidaturas.
Esta es la segunda vez que el ex primer ministro trata de volver a Pakistán, después de que el pasado septiembre fuera deportado a Arabia Saudí en cuanto aterrizó en el aeropuerto de Islamabad. Sharif fue depuesto del Gobierno en 1999 por Musharraf, que se hizo con el poder a través de un golpe militar.
Detenidos miles de seguidores
Su llegada, aunque permitida por Musharraf, ha supuesto la detención de miles de sus seguidores, según han denunciado desde su partido. Las detenciones no han sido confirmadas por el régimen de Musharraf, que desde que declaró el estado de excepción el pasado 3 de noviembre detuvo a miles de opositores y abogados antigubernamentales, aunque en la última semana ha salido en libertad la gran mayoría.
Esta vez, Musharraf ha accedido a la vuelta del ex primer ministro para que pueda concurrir a las elecciones legislativas del 8 de enero con su Liga Musulmana. Otra ex primera ministra, Benazir Bhutto, también regresó hace unas semanas al país desde el exilio, en este caso tras un pacto con Musharraf para repartirse el poder en un momento en el que Musharraf estaba más que nunca cuestionado desde la calle tras ser elegido para un tercer mandato en octubre en una elección que la oposición denunció como inconstitucional ante el Supremo.
Sin embargo, el pacto nunca llegó a cumplirse, porque la contestación en las calles impulsó a Musharraf a decretar el estado de excepción, que aún se mantiene en vigor. Bajo el estado de emergencia, Musharraf detuvo a miles de opositores, y purgó el Supremo de elementos desafectos hasta que, esta semana, el tribunal decretó que la elección era legal.
Enfrentamientos en el norte
La llegada de Sharif se ha producido mientras el ejército pakistaní sigue enfrascado en una ofensiva contra los militantes islamistas (talibanes) en el valle de Swat, en el nororeste de Pakistán. Según ha informado una fuente militar esta mañana, al menos 30 militantes y un soldado han muerto en una operación lanzada anoche y que sigue hoy con el respaldo de tanques y helicópteros de las Fuerzas Armadas.Más de 300 personas han muerto desde octubre en los enfrentamientos entre los militares y los insurgentes leales al clérigo islamista radical, Maulana Fazlullah, en el valle de Swat, en la provincia de la Frontera del Noroeste. El objetivo es acabar con las operaciones de una facción integrista liderada por el mulá Fazlullah, conocido como Maulana FM, por los discursos incendiarios que transmite desde una emisora ilegal.
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