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El Senado de Brasil recupera la calma tras la salida de Calheiros

El presidente brasileño fuerza la retirada del presidente de la Cámara alta durante 45 días después de que éste se negara a dejar su cargo

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, impuso su autoridad y consiguió que el polémico presidente del Senado, la tercera autoridad del Estado, Renan Calheiros, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB, aliado del Gobierno), se retirara del cargo durante 45 días para rebajar el clima de hostilidad en la Cámara, ya que la oposición se negaba a votar mientras Calheiros siguiese presidiendo el Senado.

Calheiros, sobre quien pesan cuatro procesos por falta de decoro parlamentario, relacionados con escándalos de corrupción, resistió durante cinco meses sin abandonar el cargo, lo que impidió su procesamiento. Calheiros llegó a chantajear a senadores de la oposición y a espiarles (uno de los procesos en curso). Su poder era grande. De él dependía, por ejemplo, la aprobación de los viajes al exterior de los senadores y de las enmiendas para obtener recursos públicos para los colegios electorales de los miembros de la Cámara.

Calheiros ha sido apoyado por el Gobierno hasta el final, ya que aseguraba en el Senado la aprobación de proyectos de ley del Gobierno. Fue absuelto en su primer proceso, en el que se le acusaba de haber recibido fondos de un importante constructor, a quien presuntamente había favorecido en la concesión de obras públicas, para pagar la pensión a su amante, la periodista Mónica Veloso, con quien tiene una hija. Veloso apareció el miércoles pasado desnuda en la revista Playboy, que, por cierto, se agotó en los quioscos del Congreso.

Pero el rosario de procesos contra él y su obstinación en no renunciar al cargo acabaron obligando a Lula a pedirle que se apartara temporalmente del cargo. Lula le había pedido que lo hiciera por cuatro meses, para dar tiempo a poder aprobar en paz algunos proyectos importantes pendientes en el Senado, pero Calheiros decidió hacerlo sólo por 45 días. Y lo hizo a regañadientes. Justo el día anterior, había bromeado diciendo que a quien desea coger un coco de un cocotero "no le sirve de nada dar patadas contra el tronco, hay que subir a él y arrancarlo". Pero Lula acabó subiendo al cocotero y lo arrancó de su cargo.

Los analistas políticos coincidían ayer en que Calheiros difícilmente volverá a presidir el Senado y que ahora, desprovisto de su poder, es más probable su condena en los procesos pendientes, ya que hasta los senadores le han perdido el miedo.

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