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La Junta Militar birmana amenaza con "tomar medidas" ante las protestas impulsadas por los monjes budistas

Unas 300.000 personas han participado en las mayores manifestaciones vividas en la historia del país.- Estados Unidos pide contención al régimen birmano

La Junta Militar birmana ha amenazado este lunes con "tomar medidas" contra los monjes budistas que se manifiestan desde hace una semana en Yangón y otras ciudades, a los que se han unido unos 100.000 civiles convirtiendo las protestas en las mayores vividas en la historia del país. Al menos 300.000 manifestantes han salido este lunes a las calles de Myanmar, la denominación actual de la antigua Birmania.

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En su primera reacción ante las protestas, los medios oficiales han informado de que el minsitro de Asuntos Religiosos, el general Thura Myint Maung, se ha reunido con clérigos budistas para advertirles. "Si los monjes se enfrentan a las normas y a las reglas de obediencia de las eneseñanazas budistas, tomaremos medidas confrme a la ley vigente", ha declarado el ministro, según la televisión estatal.

Estados Unidos, sin embargo, ha pedido contención a la Junta Militar, que llegó al poder en 1988 en un cruento golpe contra el gobierno democrático, al tiempo que ha animado a los dirigentes birmanos a dialogar. "La misión estadounidense en Birmania sigue con atención la evolución de los acontecimientos. Hemos consultado con nuestros amigos y aliados en la región sobre los medios para impulsar el diálogo entre el régimen y quienes reclaman la libertad, y animamos al régimen a demostrar moderación", ha comentado un portavoz de la Casa Blanca, Gordon Johndroe. También Gran Bretaña ha instado al régimen birmano a abstenerse de reprimir con violencia las protestas.

Un funcionario de la Casa Blanca citado por Reuters ha avanzado que el presidente presidente George W. Bush, que se encuentra en Nueva York para asisitir a la Asamblea General de la ONU, anunciara sanciones adicionales contra Myanmar; en concreto, contra miembros clave del régimen birmano y aquellos que les proporcionan apoyo financiero. "Va a anunciar que se prohibirá el visado a personas clave relacionadas con las actividades negativas del régimen, incluidas sus familias", según Stephen Hadley, consejero de seguridad nacional.

Protestas multitudinarias

Las marchas de los monjes comenzaron la pasada semana para reclamar disculpas al Gobierno por la agresión de varios bonzos a manos de las Fuerzas de Seguridad a principios de mes. Este lunes, unas 100.000 personas han salido a las calles del centro de Yangón, una cifra similar en la ciudad de Pakokku (centro) y unas 120.000 en Mandalay (norte), la segunda mayor ciudad del país, según testigos citados por diversos emisoras de radio y otros medios birmanos de la disidencia.

La marcha de protesta de Yangón comenzó en la Pagoda Shwedagon, el principal santuario del país, y reunió en un primer momento a unas 50.000 personas, 20.000 de ellas monjes, que al comenzar la manifestación vieron como otras decenas de miles de civiles se unían a la manifestación, llegando hasta las aproximadamente 100.000 personas cuando pasaron por las puertas del Ministerio de Defensa, según los monjes y activistas políticos.

La manifestación cubrió unos ocho kilómetros en las primeras horas, pasando por el antiguo campus de la Universidad de Yangón, uno de los principales focos de la oposición en los últimos tiempos. Los estudiantes fueron uno de los colectivos que se unió a los monjes.

En Mandalay, a unos 600 kilómetros al norte de Rangún y la segunda mayor ciudad de Birmania, unas 120.000 personas marcharon por la ciudad mientras entonaban salmos y otras plegarias para que la Junta Militar se humanice, según la radio "Mizzima".

La jerarquía de la institución budista de Myanmar, sometida al control gubernamental, ordenó a los monjes regresar a sus monasterios para poner fin a las manifestaciones pacíficas contra la Junta Militar.

Las medidas tomadas hasta hace bien poco por la Junta Militar, conocida por su mano de hierro a la hora de aplicar sus leyes, se han diferenciado de forma importante en esta ocasión, durante las protestas de los últimos días lideradas por los monjes, y según diplomáticos y analistas, la razón reside en la presión que ha ejercido su socio y aliado político, China.

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