La selva amazónica se recupera más rápido de lo previsto tras la sequía de 2005

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, llevará a Nueva York la noche del lunes, en vísperas de la Asamblea general de la ONU (cuando representantes de 20 países se reunirán para estudiar los efectos del calentamiento global una sorprendente noticia científica sobre la selva amazónica brasileña. Según un estudio al que ha participado el cientifico brasileño Humberto Ribeiro da Rocha, investigador de la Universidad de São Paulo (USP), recogido por la revista Science, la selva de Amazonia está hoy más verde tras la horrible sequía que la azotó en 2005, cuando sus rios y lagos llegaron al nivel más bajo de los últimos 100 años y en 61 ciudades había sido declarada la situación de desastre natural.

El estudio muestra una recuperación extraordinaria, no prevista por la ciencia, de la capacidad de fotosíntesis de la vegetación local, mientras que los científicos estaban esperando unas consecuencias desastrosas tras aquella sequía. Según dichos datos, queda claro que la Amazonia puede ser más resistente a los fenómenos de corta duración de lo previsto hasta ahora. Los investigadores, brasileños y estadounidenses, se han servido de los satélites de la Nasa para medir el nivel de regeneración en la situación forestal de la región.

Estrés hídrico

Al parecer, existe una reacción al estrés hídrico mucho más favorable a la renovación de la selva de lo que se esperaba, que se revela en la capacidad de fotosíntesis de las hojas a gran escala. Se trata de una reacción positiva del ecosistema, según los investigadores, quienes alertan, sin embargo, de que no se deben tomar dichos datos positivos como si la selva fuera invulnerable a cualquier tipo de agresión, sobretodo porque se prevé que las sequías pueden ser diez veces mayores en 2030, según un reciente estudio realizado en Oxford, lo que aparejaría el peligro de que los rios, que suponen hoy el 25% del agua potable del mundo, pudieran llegar a secarse.

Lula, en su discurso del martes en las Naciones Unidas, va a pasar a la ofensiva, según algunos de sus asesores, ya que va a recordar a los países desarrollados, que los países pobres sólo ahora comienzan a contaminar el planeta y que por tanto, no pueden ser responsabilizados del calentamiento global que ellos no han causado. Además, va a pedir que se "distribuyan las responsabilidades equitativamente".

Brasil está, sin embargo, entre los cinco países que más CO2 emiten en la atmósfera actualmente. De esas emisiones brasileñas, el 75% se debe a los incendios de la selva, más de 20.000 al año, generalmente intencionados, para poder convertir parte de ella en pastos o en cultivos de soja.