Vila Viva, una favela modelo
El alcalde de la ciudad brasileña de Belo Horizonte pone en marcha una exitosa experiencia de remodelación de barriadas pobres
El milagro se está realizando en la ciudad brasileña de Belo Horizonte por obra de su activo alcalde, Fernando Pimentel, del Partido de los Trabajadores (PT). Vila Viva, la mayor favela de la ciudad, con 1,4 millones de metros cuadrados, se está convirtiendo en un modelo no sólo para las demás favelas de Brasil sino para otros países de América Latina que ya se están interesando por la experiencia.
Podría parecer una cortina de humo, y quizás lo sea, pero lo cierto es que esta vez parece haberse acertado con la fórmula para sacar a 50.000 familias del infierno de las clásicas favelas, dominadas por el tráfico de drogas, sin infraestructuras, donde el Estado no tiene potestad, sus moradores llevan una vida de terror y los niños corren peligro incluso a la hora de ir a la escuela.
La experiencia piloto de Belo Horizonte tiene además el mérito de no tratarse sólo de bellas promesas y proyectos sobre el papel, de los que existen muchos, siempre sin concluir. Las obras para convertir la favela Vila Viva en un barrio normal, con todas sus consecuencias positivas, están en curso. De hecho, alrededor de 30.000 metros de callejuelas de barro han sido ya pavimentadas.
Para abrir calles y plazas se están destruyendo parte de las barracas. A las familias que las habitan el Ayuntamiento ha ofrecido dos opciones: optar por un pisito popular, cerca de la favela, o una indemnización de 23.000 reales (unos 8.500 euros) para que puedan comprar lo que ellos prefieran. De hecho, tras las mejoras, muchos optan por seguir viviendo en la favela, ahora más vigilada, más limpia y con buenas infraestructuras.
Ya está en construcción la Plaza de Deportes en un terreno de 20.000 metros cuadrados donado por un hospital. En él se construirá un campo de fútbol profesional con iluminación para partidos nocturnos, un polideportivo y un aparcamiento.
Los vecinos de la favela, ante la realidad concreta que ya empiezan a tocar con sus manos, se muestran felices. "Mi vida ha mejorado en un 300%", confesó el jubilado Geraldo Ferreira al diario O Globo, y añadió: "Ahora vivo en un lugar bonito, con una calle limpia y vecinos maravillosos. Los coches llegan a la puerta de mi casa", lo que le permite ir al hospital dos veces por semana para recibir hemodiálisis, algo que antes, sin poder viajar en automóvil, era para él un calvario.
El coste total de la reestructuración de la favela Vila Viva será relativamente modesto: 173 millones de reales (alrededor de 64 millones de euros) que saldrán del Banco Nacional de Desarrollo Social (BNDS) y de la Caja Económica Federal. Las obras estarán acabadas en 2009 y ya han sido visitadas por varios alcaldes de varios países latinoamericanos. También las ha visitado el gobernador del Estado de Río de Janeiro, Sergio Cabral, quien ha tomado buena nota de la experiencia para poder aplicarla a las favelas de Río, para las que no se acaba de encontrar una solución definitiva.
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