Los test antidroga llegan a las escuelas de México

El presidente mexicano, Felipe Calderón, ha propupesto que se realicen pruebas para controlar el consumo de drogas en las escuelas de México. La drogodependencia entre los niños y jóvenes, ha dicho Calderón, ha crecido hasta tal punto que se ha convertido en una verdadera amenaza para el país, por lo que ha incluído la medida como parte de su última estrategia de seguridad Limpiemos México. La secretaría de Educación Pública ya ha dado el beneplácito a la medida, que se pondrá en marcha el próximo curso en ocho mil colegios del país, pero la propuesta ha desatado una verdadera polémica en México.

Luis Lamas Puccio, consultor de Naciones Unidas en Perú, ha dicho que el plan de las autoridades mexicanas viola la privacidad de los menores y contraviene normas internacionales. "Una prueba de este tipo, si bien puede tener un elemento de carácter disuasivo, o intimidante, en la práctica también puede convertirse en un mecanismo de discriminación".

El presidente del Comité de Derechos Humanos del Distrito Federal, Emilio Álvarez Icaza, ha expresado graves reservas a la medida, y ha dicho que lo que hay que atacar son las causas del consumo. "Yo creo que el problema principal está fuera de las escuelas. El problema principal es por qué los muchachos consumen droga, y eso simplemente lleva a la reflexión sobre la falta de oportunidades, la pobreza y la violencia intrafamiliar". Álvarez ha advertido que los jóvenes son víctimas del narcotráfico y la prueba antidroga puede revictimizarlos. También ha señalado que en el plan no se tiene en cuenta la opinión de los muchachos.

Gerardo Sauri, director de la Red por los Derechos de la Infancia, ha opinado que para aplicar un mecanismo serio, el Gobierno debe mejorar la prevención de adicciones. "Están dejando de lado el combate a las redes organizadas, criminales, que están vendiendo drogas, que están traficando con armas, y que están afectando a los niños. Se da una criminalización de la situación, de los derechos de la infancia", ha dicho Sauri.

En el Distrito Federal, uno de cada tres estudiantes de bachillerato ha consumido algún tipo de droga, según datos de la secretaría de Educación Pública de México. "Es importante que no llegue la droga a la escuela. Queremos estar seguros de que no haya ningún compañero que la traiga, y tener la oportunidad de detectar, si sus papás lo autorizan, si alguien cayó en una adicción", ha dicho Calderón para justificar la medida. El objetivo de la prueba antidroga "no será castigar ni regañar ni correr" al alumno, "sino ayudarlo", ha afirmado el mandatario mexicano.

La secretaria de Educación Pública de México, Josefina Vásquez Mota, ha precisado que se mantendrá el respeto al derecho de los padres a decidir sobre sus hijos, y que en ningún caso se procederá a las pruebas sin su consentimiento.