Un juez chileno decreta el arresto domiciliario de Alberto Fujimori

Acogiendo una petición del Estado peruano a la Corte Suprema chilena, el juez Urbano Marín ordenó ayer someter a arresto domiciliario al ex presidente de Perú Alberto Fujimori con el fin de impedir una eventual fuga o intento de asilo después del fallo de la fiscalía favorable a su extradición a Lima, para que sea juzgado por diez casos de corrupción y dos de violaciones a los derechos humanos cometidos durante sus tres mandatos.

El juez Marín, quien reemplaza temporalmente en el caso al magistrado Orlando Álvarez por licencia médica, accedió con rapidez a la solicitud de detención preventiva de Fujimori que presentó el abogado chileno Alfredo Etcheberry, representante de la Procuraduría peruana en el juicio de extradición del ex gobernante.

Por orden del juez Marín, el secretario del Tribunal Superior, Carlos Meneses, fue hasta el apartamento que Fujimori alquila en la comuna de Las Condes, la más rica del país, para informarle de la medida. Una guardia de carabineros se instaló en la puerta del domicilio de quien gobernó con mano de hierro Perú entre 1990 y 2000.

La defensa del ex gobernante pidió que el arresto no se ejecutase en su propio domicilio, sino en la residencia de un amigo, situada en un lujoso condiminio en la zona norte de la capital, petición a la cual el juez accedió. Si bien Fujimori puede recibir visitas, permanecerá confinado mientras la justicia mantenga la medida.

En el escrito que presentó al juez, Etcheberry argumentó que tras el informe de la fiscal Mónica Maldonado, quien recomendó extraditar a Fujimori por dos casos de violaciones de derechos humanos y nueve de corrupción, y ante la proximidad del término del proceso de extradición es conveniente evitar cualquier intento suyo de eludir la justicia. "La contundencia de los antecedentes y la gravedad de los hechos [mencionados por la fiscal] hacen viable la petición", indica el escrito.

La condición de prófugo de la justicia peruana con que Fujimori llegó por sorpresa a Chile el 6 noviembre de 2005 aceleró la decisión del juez Marín. Una eventual fuga del ex gobernante o su asilo en la embajada de Japón implicaría un traspiés de repercusión internacional para el Estado y la justicia chilena.

Marín prefirió obrar sobre seguro, a pesar que el propio Fujimori declaró a la prensa después del informe de la fiscal Maldonado que no ha pensado en escapar. "Imagínense, crucé todo el océano Pacífico [viajó de Japón a Chile] para estar acá", dijo el ex gobernante a los periodistas. Agregó que está "tranquilo y sereno, tomando el informe con prudencia y serenidad".

Entretanto, el presidente peruano, Alan García, afirmó que la comunidad internacional puede contar con que si Fujimori es extraditado a Lima tendrá un proceso justo. "Tengo confianza en que el Poder Judicial peruano garantiza total transparencia y objetividad", aseguró. De ser llevado al banquillo en Lima, "esto no será un circo como en otras épocas se hizo con adversarios de otros Gobiernos", agregó García, quien pidió que no se politizara el caso.

A su vez, el presidente de la Corte Suprema de Chile, Enrique Tapia, descartó que en este proceso de extradición haya presiones de algún Gobierno o persona. "Es un caso más que se está resolviendo en los tribunales", afirmó.