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El primer ministro Ahern parte como favorito en las elecciones de Irlanda

Tres millones de irlandeses eligen hoy 165 escaños del Parlamento

El Primer Ministro irlandés Bertie Ahern en un acto celebrado el pasado martes en Athlone, Irlanda.
El Primer Ministro irlandés Bertie Ahern en un acto celebrado el pasado martes en Athlone, Irlanda.AP

El primer ministro irlandés, Bertie Ahern, parte como el gran favorito de las elecciones generales que se celebran hoy para revalidar un nuevo mandato, tras los diez años que lleva ya en el cargo y durante los que Irlanda ha experimentado un boom económico y el final del conflicto en Irlanda del Norte.

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Poco más de tres millones de personas están llamadas a las urnas -que se han abierto a las 8.30 hora de España y se cerrarán 22.30- para decidir quién gobernará el país durante los próximos cinco años. Ante la incertidumbre que rodea el resultado final de estos comicios, los partidos irlandeses han pelado a la participación masiva de los votantes para revertir la tendencia abstencionista de los últimos años.

Ahern, de 55 años y líder del Fianna Fail, se ha mostrado convencido de que defenderá el liderazgo del mismo, que lleva consiguiendo la mayoría de los escaños en el Parlamento (Dail Eireann) en los últimos 75 años.

Según el primer ministro, su Gobierno, en asociación con el Partido Democrata Progresista, ha hecho de Irlanda un gran centro europeo de alta tecnología y llevado "más progreso en menos tiempo que lo logrado bajo ningún otro Gobierno en nuestra historia".

No obstante, los sondeos apuntan a que el Fianna Fail perderá escaños y podría incluso depender del apoyo de otros partidos, hasta ahora hostiles, para gobernar. Así pues, en juego está el ver si Irlanda sigue estando gobernada por un gabinete de centro-derecha o gira a la izquierda.

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Antagonistas

Su principal rival será Enda Kenny, líder del Fine Gael, ha prometido ampliar los servicios médicos y resolver el problema crónico de la falta de camas, financiera atención médica gratuita para los menores de cinco años y contratar a 2.000 policías más.

Fine Gael, el sempiterno segundo partido del país, ha hecho campaña junto con el Partido Laborista (centro-izquierda) cuyo líder, Pat Rabbitte, es un antiguo marxista y uno de los políticos más reconocidos del país.

Kenny, de 56 años, insiste en que no se presentará al cargo de nuevo si no consigue alcanzar los objetivos de su campaña, y contrastó esto con la negativa de Ahern de despedir a cualquiera de los miembros de su Gobierno por actos de incompetencia o errores éticos. "Creo que ha llegado la hora de que un político se adelante y asuma la responsabilidad de sus acciones en el gobierno", aseveró, en su llamamiento final a los electores.

Posibles gobiernos

Para la formación de un Gobierno estable es necesario el apoyo de 83 de los 166 diputados que componen el Dail Eireann, pero no parece que ninguno de los dos partidos sea capaz de lograrlo sin el respaldo de otros.

El diario Irish Times predijo ayer que un gobierno entre el Fianna Fail y los Demócratas Progresistas obtendría 70 escaños, mientras que uno alternativo del Fine Gael y los laboristas se haría con 69. Los analistas coinciden en que si se suma el Partido Verde a la segunda opción, creándose una coalición 'arcoiris', ésta se quedaría a cuatro escaños de lograr la mayoría.

El partido que podría tener la llave del equilibrio de poder, los nacionalistas del Sinn Fein, afirma que quiere un acuerdo con el Fianna Fail. Pero Ahern ha hecho saber que no permitirá a este partido, vinculado con el IRA, alcanzar los mismos resultados que le convirtieron en la segunda fuerza más votada en Irlanda del Norte, en el sur de la isla. "Fianna Fail-Sinn Fein no se va a producir", declaró.

La única combinación que lograría la mayoría parlamentaria sería el Fianna Fail y los laboristas, pero el líder de estos últimos ha centrado la acción de su partido a sacar al Fianna Fail del poder y esta semana acusó al partido en el poder de difundir mentiras sobre las políticas laboristas. Pese a todo, Ahern dice que estaría feliz de compartir el poder con Rabbitte. "Los laboristas obviamente serían una opción", aseveró, recordando que "cada vez que digo eso, Pat (Rabbitte) dice no".

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