Habitantes de una favela de Río protestan por una operación policial que ha dejado ya seis muertos
Un grupo de habitantes de la favela Vila Cruzeiro marchó ayer en protesta por una operación policial en esa barriada pobre, en la zona norte de la ciudad brasileña de Río de Janeiro, que ha dejado hasta ahora seis muertos y 31 heridos.
La policía ocupó ayer por séptimo día consecutivo las calles de la favela, donde se enfrenta con el grupo criminal que comanda el tráfico de drogas en la región en tiroteos cuyas principales víctimas son personas no involucrados en el delito.
Cerca de 250 personas participaron en la marcha de protesta por las calles de Vila Cruzeiro y del barrio Vila da Penha, cuyos comercios cerraron las puertas por temor a que la manifestación generara algún tipo de violencia.
Además de protestar por la operación policial, que les impide circular libremente por las calles de la favela y que mantiene cerradas desde la semana pasada las seis escuelas de la región, los manifestantes cuestionaron la destrucción de un búnker que habían montado los narcotraficantes.
El muro levantado por los pistoleros para poder disparar desde un punto estratégico contra los policías fue demolido con una carga explosiva, cuya detonación también afectó la estructura de las viviendas colindantes.
Vila Cruzeiro está enclavada en un conjunto de favelas conocido como Complexo do Alemão, que es uno de los principales refugios del grupo Comando Vermelho (Comando Rojo), la organización que controla la venta de drogas en la mayoría de las barriadas pobres de Río de Janeiro.
El último herido de los enfrentamientos armados entre policías y narcotraficantes en la barriada fue un obrero que el lunes resultó alcanzado por una bala perdida cuando salía de su casa para ir al trabajo. El obrero fue blanco de un disparo de fusil en la pierna izquierda y está ingresado en un hospital.
Cerca de 3.700 escolares no asisten a clases tras el cierre, desde el pasado jueves, de las seis escuelas ubicadas en las proximidades de Vila Cruzeiro.
El gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, reiteró ayer que los operativos contra el narcotráfico proseguirán hasta que la policía consiga expulsar definitivamente de la favela al grupo de pistoleros. Cabral negó que la ocupación de la favela sea una represalia por el asesinato de dos policías en Vila Cruzeiro la semana pasada.
La ola de violencia en Río de Janeiro se ha recrudecido sin pausa desde el pasado diciembre, cuando se registró una serie de atentados contra autobuses de transporte público y comisarías.
Los constantes enfrentamientos entre bandas rivales de narcotraficantes o entre los grupos criminales y la policía o las milicias, como son conocidas las organizaciones paramilitares que combaten a los vendedores de drogas, han dejando numerosas víctimas en lo que va del año.
El Gobierno federal de Brasil ya autorizó, a petición de las autoridades del Estado de Río de Janeiro, la intervención de las Fuerzas Armadas para mantener el orden público, pero hasta el momento no se ha definido la cantidad de efectivos ni el tipo de intervención.
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