Los nacionalistas se imponen a los laboristas de Blair en las elecciones de Escocia
Un número sin precedentes de papeletas nulas ensombrece los comicios
Los nacionalistas escoceses de Alex Salmond son los vencedores de las elecciones autonómicas celebradas el jueves en Escocia, una vez que se han adjudicado hoy los 129 escaños del Parlamento de Edimburgo. En una histórica victoria, el Partido Nacionalista Escocés (SNP) ha obtenido 47 escaños frente a los 46 de los laboristas, al término del recuento oficial de votos. El escrutinio se ha visto ensombrecido por un número sin precedentes de papeletas nulas, unas 100.000. Además, también se celebraron elecciones a la Asamblea de País de Gales y a 312 consejos locales de Inglaterra, recuentos en los que la izquierda está salvando los muebles.
El SNP había anunciado su intención, si lograba el gobierno regional, de convocar en el 2010 un referéndum para decidir la escisión de Escocia del Reino Unido. Los laboristas, que gobernaban la pasada legislatura en coalición con los liberal demócratas, gozaban de mayoría en el Parlamento autonómico desde su establecimiento en 1999 con el proceso de devolución de competencias promovido por el Gobierno Blair.
Los liberales demócratas, que pueden tener la llave de futuras coaliciones de gobierno, se han alzado con 16 escaños, frente a los 17 de los conservadores y los tres logrados por otras fuerzas políticas.
Los nacionalistas escoceses han cumplido los pronósticos y han arrebatado al partido del primer ministro británico, Tony Blair,uno de sus feudos históricos, aunque la victoria ha sido más ajustada de lo que predecían los sondeos. Antes de que se conocieran los datos finales de escrutinio, Salmond, ha asegurado hoy que el Partido Laborista había perdido "la autoridad moral para gobernar en Escocia".
Elecciones regionales y locales
Nada más ganar su escaño al Parlamento de Edimburgo, Salmon ha declarado que hay "vientos de cambio" en toda Escocia. Salmon ha prometido que, de conseguir formar Gobierno, posiblemente en coalición con los liberal demócratas, convocaría un referéndum sobre la independencia escocesa. Mientras, en Inglaterra, los resultados definitivos de 133 de los 312 consejos locales muestran un importante descenso del número de consejeros para los laboristas (789, una pérdida de 163) y una caída más leve en el número de consejos (18, cinco menos que los que tenían antes). Los conservadores suben en 318 consejeros (cuentan de momento con 1.645) y en 15 consejos (ya tienen 67).
Los liberal demócratas sufren también un cierto varapalo, pues pierden 97 consejeros (de momento tienen 661), aunque aumentan en uno el número de ayuntamientos (tienen diez). En País de Gales, los laboristas pierden tres escaños, pero continúan al frente con 26, tras finalizar el recuento correspondiente a 52 de los 60 asientos de la Asamblea parlamentaria. Los nacionalistas de Plaid Cymru (PC) son segundos, con 11 escaños (aumentan en tres) y los conservadores terceros con nueve escaños (ni ganan ni pierden). Los liberal demócratas continúan con cinco escaños (tampoco ganan ni pierden). Los resultados finales en Inglaterra no se esperan hasta esta tarde, mientras que los de Gales se conocerán a lo largo del día. En Escocia, los comentaristas han indicado que es posible que el resultado final se pueda conocer el sábado. Aunque no se han facilitado datos de participación, los medios indican que podría superar hasta en diez puntos la del 2003, que fue del 50% del electorado.
A pesar del retroceso, Blair ha opinado que los resultados "son un buen trampolín" que pone de manifiesto que los laboristas pueden ganar los próximos comicios generales, previstos para 2009-10. En unas declaraciones a la prensa tras conocer los primeros resultados, el primer ministro ha hecho hincapié en que el Laborismo no ha sufrido una "derrota aplastante" que los comentaristas habían anticipado. Poco antes, la presidenta del Partido Laborista, Hazel Blears, ya había afirmado que, pese al castigo de los votantes, los resultados "no han sido ni la mitad de malos" de lo que se había anticipado. Esta cita electoral es vista como un veredicto sobre los laboristas antes de que Blair anuncie la próxima semana su dimisión como líder del partido y jefe del Gobierno, tras haber logrado tres mandatos consecutivos y haber permanecido diez años en el poder.
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