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Bush centra su discurso en los temas internos para evitar el choque con los demócratas

El presidente estadounidense solicita al Congreso elevar el número de efectivos en Irak

El presidente de EE UU, George W. Bush, ha pedido esta noche a un Congreso dominado por los demócratas que dé una oportunidad a su nuevo plan para Irak y ha alertado de que una retirada de las tropas haría derrumbarse al gobierno iraquí. Bush, que adoptó un tono conciliador en su sexto discurso sobre el Estado de la Unión, comenzó su alocución con alabanzas a la nueva presidenta de la Cámara Baja, la demócrata Nancy Pelosi, y con un ramo de olivo para el partido de la oposición.

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Luego, durante su intervención el presidente estadounidense no ha adoptado la postura desafiante de otras intervenciones, como cuando tildó de "eje del mal" a Irak, Irán y Corea del Norte, o el optimismo sobre el rumbo de la guerra en Irak. La reacción a sus palabras también ha sido diferente esta vez. Los legisladores le han interrumpido mucho menos con sus aplausos y gran parte del hemiciclo, incluída Pelosi, sentada detrás del podio, no se levantó cuando los correligionarios de Bush se alzaban para ovacionarlo.

Envío de más tropas

La frialdad en la Cámara de Representantes, donde se pronuncia este discurso, es reflejo de la victoria de los demócratas en las elecciones legislativas del pasado 7 de noviembre y del desencanto, incluso entre muchos republicanos, con la guerra en Irak. Por eso, en el discurso Bush intentó ganarse el apoyo de ambos grupos a su plan para aumentar en 21.500 soldados los efectivos en Irak.

El presidente ha afirmado que esta estrategia conlleva "la mejor posibilidad de éxito" y que las consecuencias de una derrota en el país árabe serían "graves y enormes". Ha afirmado que si las tropas estadounidenses se retiran de Bagdad antes de que la ciudad esté segura, "el Gobierno iraquí sería avasallado por los extremistas". El resultado sería una batalla "épica" entre los extremistas chiítas, con apoyo de Irán, y los suníes, con respaldo de la red terrorista Al Qaeda, que podría llevar a un conflicto en toda la región, según Bush.

Ante esta perspectiva, el presidente ha apelado a la unidad y ha pedido tiempo a los legisladores para su nuevo plan. "No importa cómo ustedes votaron (cuando el Congreso aprobó la invasión de Irak), ustedes no votaron por el fracaso. Nuestro país sigue una nueva estrategia en Irak y les pido que le den una oportunidad para funcionar", ha asegurado Bush.

En el discurso, también ha subrayado de que los extremistas chiítas constituyen un "peligro creciente", pues son hostiles a EEUU y "están decididos a dominar Oriente Medio". Muchos de ellos, según el presidente estadounidense, "reciben dirección del régimen iraní, que financia y arma a terroristas como Hezbolá, un grupo por detrás sólo de Al Qaeda en lo que respecta al número de vidas estadounidenses que se ha cobrado".

Cambio climático

Sin embargo, el inicio y buena parte del discurso de Bush se ha centrado en presentar un programa de reformas domésticas como salvavidas para evitar su hundimiento en las cotas de popularidad más bajas de la historia, y como cortina de humo para intentar ocultar el calamitoso desarrollo de la guerra de Irak. El presidente ha abordado asuntos más cercanos a los ciudadanos estadounidenses con objeto de recuperar la perdida confianza de la opinión pública en su gestión.

Uno de los más esperados era el cambio climático y la dependencia energética, pues la Casa Blanca había adelantado que serían asuntos principales de la intervención. Bush ha reconocido por primera vez que el calentamiento global es "un desafío serio" y ha apostado por las nuevas tecnologías para abordarlo, pero no ha hablado de establecer límites máximos de emisiones de gases nocivos. EE UU es responsable por un cuarto de la contaminación con dióxido de carbono en el mundo, pero su Gobierno sólo habla de metas voluntarias para ralentizar el aumento de las emisiones.

Bush, sin embargo, ha entrado en detalles en sus medidas para disminuir la sujeción de la economía de EE UU a las importaciones de crudo. Ha propuesto reducir el consumo de gasolina en un 20% para el 2016 mediante el aumento de la proporción de carburantes alternativos, como etanol, biodiesel e hidrógeno, en la mezcla que entra en el tanque de combustible de los vehículos. Su plan también asume que los automóviles consumirán el 4% menos al año de media gracias a la adopción de nuevos dispositivos, lo que hará caer la demanda de gasolina.

Política migratoria

Respecto a la política migratoria, Bush ha instado al Congreso a aprobar una reforma integral a través de "un debate serio, civilizado y concluyente". Durante su discurso, el presidente estadouidense ha reiterado su idea de crear un programa de trabajadores temporales y de abrir el camino para regular la situación en el país de algunos de los alrededor de 12 millones de indocumentados que viven en Estados Unidos.

El presidente de EE UU ha señalado que las esperanzas y oportunidades que ofrece el país exigen un sistema migratorio "con leyes que sean justas y fronteras que sean seguras". "Cuando las leyes y las fronteras son violadas se dañan los intereses del país" y, para evitarlo, Bush ha anunciado que su gobierno duplicará la Patrulla Fronteriza y financiará nuevas estructuras y tecnologías. El presidente ha señalado que incluso con esas medidas "no podemos proteger la frontera a menos de que aliviemos la presión" en los límites del país y "eso requiere un programa de trabajadores temporales". Bush ha explicado que con ese programa, los ilegales no tratarán de cruzar la frontera y "eso liberará a los agentes fronterizos para ir a la caza de los narcotraficantes, los criminales y los terroristas".

En materia económica, el mandatario estadounidense ha anunciado que presentará un proyecto presupuestario que eliminará el déficit fiscal del país en los próximos cinco años. "Nos pusimos como meta reducir el déficit a la mitad en 2009 y lo hemos logrado tres años antes. Demos ahora el siguiente paso", ha señalado Bush en su discurso en el Congreso.

Para todas estas reformas, Bush ha pedido la colaboración de la oposición demócrata más allá de sus diferencias políticas y apelando que este consenso irá en favor de los ciudadanos estadounidenses.

Bush, durante su discurso sobre el Estado de la Unión en el Congreso estadounidense
Bush, durante su discurso sobre el Estado de la Unión en el Congreso estadounidenseAP

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