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Natascha Kampusch afirma en una nueva entrevista que estuvo varias veces a punto de morir de hambre

"Oyes el sonido de tu propia sangre", afirma la joven describiendo la primera etapa de encierro

Natascha Kampusch, la joven que estuvo secuestrada durante más de ocho años en un sótano en Viena, asegura en un documental emitido este miércoles por la televisión pública austríaca, ORF, que varias veces estuvo a punto de morir durante su cautiverio.

"Unas cuantas veces estuve a punto de morir de hambre", ha relatado Kampusch en este primer documental autorizado, y ha agregado que su captor solía decir que "aquel que no trabaja no necesita comer". "Una siempre piensa si puede morir de hambre. Te encuentras mal. No podía dormir y días enteros estaba despierta, porque no quería que me pasase algo durante el sueño", ha dicho Kampusch.

"Oyes el sonido de tu propia sangre"

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"Era muy tacaño con la comida, casi como un anoréxico, y eso lo transfería a otras personas", ha afirmado sobre su secuestrador, el electricista Wolfgang Priklopil, de 44 años, que tras la huida de la joven en agosto del año pasado se suicidó al arrojarse a la vías de un tren de cercanías. Kampusch ha dicho, además, que temía contarle problemas de salud a su secuestrador y que ocultó que le dolía alguna muela: "Entonces no me hubiese dado más alimentos".

Acerca de su primera etapa en el zulo en el que quedó encerrada tras su secuestro, la joven ha afirmado: "No se ve nada, sólo se puede oír, se oye el sonido de la propia sangre. Se percibe la estrechez, el frío y se piensa mucho". "La puerta (del zulo) era tan pesada... Si le hubiese pasado algo (a Priklopil), nunca en la vida podría haber salido de allí", ha señalado la joven, que tenía 10 años cuando fue secuestrada en marzo de 1998 y que logró huir a la edad de 18 años el 23 de agosto pasado.

"Tu madre te ha matado"

Brigitta Sirny, la madre de Natascha, fue víctima de una serie de intrigas debido a su reacción sobria ante lo sucedido. Cuando se dio por muerta a la niña, Brigitta fue el centro de los rumores que la culpaban de la muerte de su hija. Poco después, cuando todo salió a la luz, varios medios insistieron en la relación de Sirny con el secuestrador, a quien habría instigado a cometer el rapto. Priklopil aprovechaba las versiones erróneas para dañar a su joven víctima, diciéndole: "Ya no existes, estás enterrada, tu madre te ha matado. Están todos en la cárcel, porque han descubierto un complot de tu padre, tu madre y tus parientes".

Por otra parte, Kampusch recordó las circunstancias de su huida: "Ese día había comido poco, pero ya no tenía tantos hematomas ni heridas, así que me sentí con fuerzas para escapar". "Él tenía muy mala conciencia pero no podía dar un paso atrás, creo que estaba horrorizado consigo mismo por lo que había hecho, creo que yo fui una instancia moral para él", afirma sobre Priklopil. "Por un lado era muy importante para él, por el otro me trataba muy mal. Era como un niño de tres años. Pero no es lo mismo que un niño de tres años se enfade contigo y que te de patadas que un hombre fuerte de 1,72 metros de altura", asegura la joven.

La historia del secuestro de Natascha Kampusch se convirtió en la noticia del verano pasado, conmocionó a medio mundo y convirtió a la joven austríaca en una de las personas más conocidas en la república alpina.

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