El secuestro de cinco occidentales en Irak concluye con dos muertos y tres liberados

Dos muertos y tres liberados es el balance del secuestro de cinco contratistas occidentales -cuatro estadounidenses y un austriaco- perpetrado ayer en la provincia iraquí de Basora al sufrir una emboscada el convoy en el que viajaban. A media tarde, la Policía iraquí ha informado de la liberación de dos de los cinco, mientras que por la mañana fue hallado muerto el rehén austriaco junto a uno de los cuatro estadounidenses, que se encuentra herido de gravedad. Y, a última hora de la tarde, se han confirmado los peores presagios sobre el estadounidense que aún permanecía desaparecido al encontrarse su cadáver.

Las autoridades de Basora han confirmado que se ha localizado el cuerpo sin vida de un estadounidense secuestrado, aunque de momento se desconoce su identidad. Previamente, el gobernador de la provincia de Basora, Mohamed al Waili, había informado de que "la Policía logró liberar a dos de los extranjeros secuestrados y se encuentran bien de salud".

Nueve iraquíes también liberados

Al Waili ha precisado que eran estadounidenses pero desconocía sus nombres. El gobernador ha señalado que los dos fueron encontrados en la zona de Dawajin, en la provincia meridional de Basora y cerca de la frontera con Kuwait, donde su convoy fue secuestrado ayer por la tarde.

Los secuestradores se llevaron también a nueve iraquíes que viajaban en el mismo convoy, procedentes de Kuwait. La televisión oficial iraquí Al Iraquiya informó esta mañana de la muerte del ciudadano austriaco, cuyo cadáver se ha encontrado en un automóvil en el sur de Basora. Junto a él se encuentraba otro de los estadounidenses, que se encuentra herido grave. Según han dicho fuentes de seguridad, los secuestradores han liberado también a los nueve ciudadanos iraquíes.

Helicópteros británicos y estadounidenses sobrevolaron la zona en busca de los rehenes y mataron a dos supuestos insurgentes, según ha explicado el portavoz de las fuerzas británicas, Tane Dunlop. Los secuestrados trabajan en una compañía de seguridad con sede en Kuwait, y se dirigían a la ciudad iraquí Nasariya, a unos 400 kilómetros al sur de Bagdad.