Lula canta victoria y Alckmin confía en un milagro en las presidenciales de Brasil

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó hoy, a falta de cuatro días de la segunda vuelta de las elecciones, que siente que su reelección está cerca, mientras su rival, Geraldo Alckmin, se mostró confiado en que remontará la desventaja que tiene en las encuestas. "No tengo dudas de que vamos a ganar las elecciones del domingo", afirmó Lula en un acto de cierre de campaña en el populoso sector de Capela do Socorro, un reducto del Partido de los Trabajadores (PT), en la periferia de Sao Paulo.

Lula, que suele presentarse como el protector de los pobres, recordó que hoy recibió en el Palacio Presidencial, en Brasilia, a una cooperativa de recolectores de papel. "Abrimos una puerta más para consolidar la democracia en este país", dijo. "Donde antes no entraban ni alcaldes, hoy entran minusválidos, gente que vive en la calle", añadió.

El presidente señaló que tiene un proyecto de gobierno para todos los brasileños porque "Brasil precisa ser gobernado por quien mira a los ojos de las personas y dice: ese es un hermano de fe". Lula, que el próximo viernes cumplirá 61 años, terminó su discurso bajo las notas del "cumpleaños feliz", entonado por las cerca de 10.000 personas que acudieron al acto. Este jueves es el último día para la realización de actos públicos de cara a las elecciones del próximo domingo.

La propaganda gratuita en radio y televisión acabará el viernes, día en que Lula y Alckmin participarán en el último de cuatro debates televisivos. Mientras tanto Alckmin, candidato del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), realizó el último mitin de su campaña en el Vale de Anhangabaú, centro de Sao Paulo, donde aseguró que la desventaja que tiene con Lula en las encuestas "es pequeña" y puede remontarse. "Vamos a llegar juntos, vamos a quitar esa diferencia en cuatro días", aseguró Alckmin.

Ventaja de Lula

Todas las encuestas apuntan a un holgado triunfo de Lula el domingo con una ventaja superior a veinte puntos, tres veces más que la de la primera vuelta, el pasado 1 de octubre, cuando el presidente obtuvo un 48,6% de los votos y Alckmin un 41,6%. El sondeo más reciente, de la firma Datafolha, divulgado el martes por la cadena de televisión Globo, mostró que Lula obtendría el domingo un 61 por ciento de los votos válidos (excluidos los en blanco y nulos), frente a un 39 por ciento de Alckmin.

Alckmin prometió además que si es elegido, acabará con la corrupción en el gobierno y con el contubernio entre el PT y el Estado. "Quiero ser un instrumento de ustedes, un instrumento del pueblo brasileño para barrer esa corrupción, esa 'robadera'. El gobierno Lula es el código penal ambulante", dijo el candidato opositor.

Las críticas de Cardoso

Pero las críticas más duras a Lula las hizo hoy el ex presidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), también del PSDB, quien desafió a su sucesor a que "si tiene coraje", diga quiénes están detrás del intento del PT de comprar un dossier que involucraba en casos de corrupción, con pruebas supuestamente falsas, a Alckmin y al gobernador electo de Sao Paulo, José Serra. "Lula, tenga la hombría, antes de las elecciones, de decir quién hizo el dossier y quién lo pagó y yo volveré a respetarlo", dijo Cardoso en el acto de Alckmin.

Previamente Alckmin se reunió con empresarios en Manaos, capital del estado de Amazonas, donde, para desmentir rumores propagados por la campaña de Lula, firmó un documento en el que se comprometió a no acabar con la zona franca de esa ciudad, un régimen especial que ofrece incentivos fiscales a industrias que se instalen en la región.