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Las quejas de una 'marine' de EE UU fuerzan una investigación por abusos en Guantánamo

Según la denuncia, varios guardias de la prisión se jactaron de pegar palizas a los presos

El Mando Sur del Ejército estadounidense investigará los supuestos abusos de guardias de seguridad en la prisión de Guantánamo en Cuba, después de las quejas que el pasado 6 de octubre trasladó un marine a las autoridades competentes. Según la denuncia, varios guardias de Guantánamo se jactaron de dar palizas a los presos.

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El teniente coronel de la Marina, Colby Vokey, que representa a uno de los prisioneros de Guantánamo Bay, presentó una queja en la oficina del inspector general el pasado 6 de octubre en la que incorporó una declaración jurada de una sargento también de Marina que trabaja para él, en la cual alega que varios guardias de seguridad en Guantánamo le contaron y alardearon de pegar a varios prisioneros, algo que calificaron de práctica común. "De toda la conversación, entendí que el pegar a los detenidos era una práctica común", escribió la sargento y subrayó que "todos en el grupo se ríen de las historias de sus compañeros de cómo pegan a los detenidos".

El portavoz del departamento de auditorías del Pentágono, Gary Comerford, ha explicado que la Oficina del Inspector General del Departamento de Defensa recibió el martes la denuncia y que se la envió el 11 ó 12 de octubre al Mando Sur, responsable de las actividades militares en América Latina y el Caribe.

La queja consiste en una declaración jurada de dos páginas de una sargento de los Marines, cuyo nombre fue tachado en el documento. La mujer relató que en una conversación de una hora con algunos militares que tuvo lugar el 23 de septiembre en un club de la base éstos se jactaron de golpear a los prisioneros. "Todos en el grupo se reían de las historias que se contaban sobre agresiones a los detenidos", afirmó la sargento.

Cinco de los militares, que le dijeron que eran guardias en la prisión, reconocieron haber golpeado a los presos. Un marine declaró que agarró a un detenido por la cabeza y la golpeó contra la puerta de la celda. Otras agresiones incluyeron puñetazos en la cara, según la sargento. "De toda la conversación saqué la conclusión de que golpear a los detenidos era algo común", remarcó en la declaración.

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