Los salvadoreños se movilizan por la paz

Un movimiento ciudadano, heterodoxo y amplio como nunca antes en los últimos 14 años, ha surgido en El Salvador haciendo un llamamiento a la paz. La gravedad de la situación creada el pasado 5 de julio parece haber estremecido los cimientos de la nación centroamericana, quizás acostumbrada a la violencia social cotidiana, pero con grandes temores de un retorno a una guerra civil como la que concluyó en 1992. Durante una manifestación estudiantil en la mencionada fecha, dos activistas mataron a dos policías antimotines e hirieron a otros 10.

El movimiento ciudadano, identificado con la consigna de "¡Sí a la paz, no a la violencia!", aglutina a escritores, artistas, empresarios, ex funcionarios y activistas sociales. Entre las personalidades que lo integran, resaltan el novelista Manlio Argueta; la presidenta de la Cámara de Comercio e Industria, Elena María de Alfaro; el ex presidente de la Corte Suprema de Justicia, Domingo Méndez, y la actual presidenta de la estatal Dirección de Defensa del Consumidor, Evelyn Jacir de Lovo.

El movimiento, que agrupa también a iglesias, universidades y organismos defensores de los derechos humanos, dio a conocer el miércoles una carta de compromiso con la paz en la que se rechaza tajantemente cualquier tipo de violencia, "sin importar su motivación o procedencia". Se pronuncia a favor de la paz, el diálogo y, la tolerancia, al tiempo que se compromete a realizar esfuerzos para buscar alternativas y soluciones a los graves problemas sociales que enfrenta El Salvador. Además, hizo un llamamiento al diálogo nacional en el que estén representados todos los sectores involucrados en la realidad nacional, y finalmente llamó a una concentración para mañana, en la que se porte un distintivo blanco, símbolo universal de la paz.

"Después del 5 de julio nos dimos cuenta de que la sociedad civil no podía quedar sin expresarse porque ese acontecimiento, único en nuestra reciente historia después de finalizada la guerra, nos daba una alerta y un llamado a tener mucho cuidado para que no se le diera paso a prácticas del pasado e incongruentes con el presente", dijo a EL PAÍS la también ex ministra de Educación, Evelyn Jacir de Lovo, que agregó que lo que pretenden es que "la sociedad civil no sea espectadora, porque todo lo que sucede en la esfera política y en la construcción de nuestra democracia nos afecta directamente".

Tensión

Por otra parte, Julio Hernández, del centroizquierdista Frente Democrático Revolucionario (FDR), reflexionó sobre la polarización existente. "Esta situación es más grave de lo que parece. Lo cierto es que hay un malestar creciente, principalmente por la crisis económica y el incremento del costo de la vida. Es decir, que hay pasto seco en el ambiente. Lo preocupante es que haya quienes quieren jugar con fuego".

Según Hernández, El Salvador se enfrenta a dos dilemas: uno, si el izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), continuará en su tónica "antisistema" y dos, si el partido oficialista Alianza Republicana Nacionalista (Arena) continuará en su ruta polarizante, que le ha dado réditos electorales. Al final, para Hernández, ambas posiciones dañan a la nación.

Investigaciones policiales apuntan a que los responsables del 5 de julio son militantes del FMLN, partido que se ha desligado de los hechos y que igualmente ha denunciado acciones de sectores de ultraderecha, que supuestamente actúan al estilo de los escuadrones de la muerte o grupos de exterminio. El grupo acusa a los derechistas, entre otras cosas, del asesinato atroz y reciente de una pareja de ancianos, Francisco y Juana Manzanares, colaboradores de la ex guerrilla.