Estados Unidos activa su escudo antimisiles por la amenaza de Corea del Norte
Pyongyang afirma que no cumplirá con la moratoria que se impuso para realizar pruebas con misiles de largo alcance
Estados Unidos ha activado su escudo antimisiles ante la previsión de que Corea del Norte realice una prueba con un cohete de largo alcance, que podría alcanzar territorio estadounidense, según informado hoy el diario The Washington Times. El Pentágono no ha confirmado ni desmentido la información, que apunta a que EE UU está considerando la posibilidad de interceptar el misil en caso de que se produzca su lanzamiento. En todo caso, no está claro que el sistema antimisiles vaya a funcionar porque hasta el momento se han hecho ocho pruebas y en tres falló.
El Pentágono sólo ha comentado, por medio de su portavoz, Eric Ruff: "Tenemos un sistema de defensa antimisiles limitado. Está en la fase de desarrollo". "No hablamos del estatus de la alerta o de las capacidades específicas" de las Fuerzas Armadas, ha añadido Ruff. El periódico The Washington Times, cuya tendencia es afín a la Administración del presidente George W. Bush, ha sido el primero en referirse a la activación y después le han seguido otros medios. Según el diario, que cita fuentes gubernamentales sin identificar, el Departamento de Defensa ha cambiado la modalidad de funcionamiento del sistema de "prueba" a "operativo" después de que Pyongyang declarara hoy que no está obligada por su moratoria en materia de pruebas balísticas anunciada en 2002.
Aunque se había especulado con la posibilidad de que la prueba se realizara el pasado fin de semana, las malas condiciones climatológicas reinantes en la zona podrían ser la causa del retraso en el lanzamiento. Sin embargo, la preparación del ensayo ha avanzado, según los servicios de Inteligencia de EE UU, por lo que dos barcos de la Marina se encuentran patrullando en las inmediaciones de Corea del Norte como parte de la defensa antimisiles. Este sistema consta de 11 proyectiles de interceptación de misiles, desplegados en Fort Greely (Alaska) y la base aérea de Vandenberg (California), además de una red de radares, satélites y buques para la detección de cualquier lanzamiento, y un centro de mando en Colorado.
Annan les pide que escuchen al mundo
Sin embargo, no está claro que funcione. Hasta ahora se han hecho ocho pruebas y sólo en cinco ocasiones los proyectiles impactaron contra los misiles, a pesar de que se conocían variables como la velocidad, trayectoria y punto de origen. Los ejercicios fueron suspendidos después de que los proyectiles no salieran de sus silos en pruebas en diciembre de 2004 y febrero de 2005. Aún así, The Washington Times afirma que una de las opciones que considera el Gobierno de EE UU es intentar derribar el misil norcoreano con los interceptores. Funcionarios estadounidenses han dicho que el misil, llamado Taepodong-2 y de 35 metros de largo, tiene un alcance de 15.000 kilómetros, por lo que podría llegar a Alaska, en la costa occidental de Estados Unidos. La secretaria de Estado, Condoleezza Rice, advirtió el pasado lunes de que el lanzamiento del misil sería un "acto de provocación" y EE UU lo consideraría "de manera muy seria".
En los últimos días se ha informado de que las fotografías tomadas por satélites espías de EE UU muestran que se ha completado la inyección de combustible en el misil y por lo tanto el arma estaría preparada para su lanzamiento cuando las condiciones meteorológicas sean propicias. Sin embargo, hoy los servicios de espionaje surcoreanos han manifestado sus dudas de que se haya terminado ese proceso, según fuentes de un comité parlamentario de inteligencia consultadas por la agencia Yonhap. Por su parte, el portavoz del Pentágono, Bryan Whitman, ha subrayado hoy que EE UU ha dejado claro a Corea del Norte que debe abortar el lanzamiento y cumplir con la prohibición impuesta en 1999 y ratificada por el propio régimen comunista en Japón en 2002. Otro portavoz, Michael Kucharek, ha confirmado que el Ejército "continúa verificando la situación y está preparado para defender el país como sea necesario".
Cualquier decisión de interceptar el misil debería ser aprobada previamente por las altas esferas de la política estadounidense, entre ellos Rice, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, y el presidente George W. Bush. Ante el eventual lanzamiento, Corea del Sur y Japón, países cuyas relaciones no han sido buenas históricamente, han acordado cooperar para tratar de detener a Corea del Norte. El acuerdo entre Tokio y Seúl se ha concretado tras una conversación telefónica de 25 minutos entre el ministro de Asuntos Exteriores de Japón, Taro Aso, y su homólogo de Corea del Sur, Ban Ki-moon. El secretario general de la ONU, Kofi Annan, que ha instado a Pyongyang a "escuchar lo que el mundo les dice" y a renunciar a la prueba.
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