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El juez acusa de terrorismo al único miliciano superviviente de la toma de rehenes de Beslán

El juez inicia la lectura de la sentencia contra el único acusado del caso

La Corte Suprema de Vladikzavkaz ha declarado culpable de "actos de terrorismo" y "de muerte de personas indefensas" al checheno Nourpachi Koulaiev, el único miliciano que sobrevivió del comando que llevó a cabo la toma de rehenes del colegio de Beslán, en 2004, acción en la que murieron más de 300 personas, más de la mitad de ellos niños. El juez ha comenzado hoy a leer el veredicto de un caso en el que el fiscal ha pedido la pena de muerte para el acusado.

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"El tribunal establece que Koulaiev participó en un ataque armado y una toma de rehenes en un grupo organizado, que ha causado la muerte de personas indefensas", ha leído el presidente del tribunal, Tamerlan Agouzarov, al comienzo de la lectura del veredicto. Koulaiev "ha perpetrado un acto de terrorismo con el objetivo de hacer presión sobre las decisiones de los órganos de poder". Según ha leído el juez, "el tribunal establece la culpabilidad del acusado en los cargos de asesinato e intento de asesinato, participación en un acto de terrorismo, formar parte de un grupo criminal, toma de rehenes y en el depósito y transporte ilegal de armas".

Los fiscales han pedido la pena de muerte para Koulaiev, aunque la moratoria oficial vigente en Rusia sobre la pena de muerte hará que previsiblemente el acusado sea condenado a cadena perpetua. La defensa de Koulaiev ha alegado durante el juicio que el activista se vio obligado a participar en la acción contra su voluntad, aunque el juez ha rechazado este argumento. La lectura del veredicto puede durar varios días.

El primero de septiembre de 2004, Koulaiev asaltó junto a 31 compañeros, armados con gran cantidad de explosivos, un colegio en la localidad rusa de Beslán, tomando como rehenes a las más de 1.300 personas que se encontraban en él, la mayoría niños. Tras dos días de secuestro, una operación de rescate del ejército ruso precipitó la muerte de 331 personas, más de la mitad niños, y de todos los miembros del comando terrorista salvo Koulaiev.

Algunos de los supervivientes de la tragedia de Beslán dicen que Koulaiev ha sido tomado como chivo expiatorio por las autoridades rusas, en un intento de disimular su incapacidad para prevenir un ataque similar en un día, el 1 de septiembre, en el que había cientos de personas en el colegio debido a que es el primer día del curso y una jornada de celebración para los niños y sus familias. También se ha dicho que la operación de rescate careció de organización, lo que provocó que muchos heridos quedasen sin atención médica inmediata, que se formasen atascos en el traslado de niños a los hospitales o que se usara armamento pesado sin tener clara la situación de los rehenes. Una investigación oficial determinó que la negligencia y la incompetencia de las fuerzas de seguridad contribuyó al desastre.

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