La popularidad de Lula cae a su nivel más bajo por los escándalos de corrupción

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, obtiene el índice más bajo de respaldo popular desde que accedió al poder, según un sondeo del Instituto Sensus (CNT), publicado ayer. Por primera vez, su popularidad cae por debajo del 50%: un 46,7% apoya su gestión, mientras que el 44,2% la rechaza y un 72,6% cree que los escándalos de corrupción que han salpicado al Gobierno influirán negativamente en una posible reelección de Lula en 2006. En el primer año de su mandato, Lula llegó a cosechar una aprobación del 83,6%, con tan sólo un 6,8% de la opinión en su contra.

Según Ricardo Guedes, director del Instituto Sensus, la nueva caída en la aprobación de Lula se debe a la crisis de corrupción que está dividiendo a la opinión pública entre quienes creen que el presidente estaba al tanto de lo que ocurría (42,8%) y quienes aceptan la tesis de que fue "traicionado" por los suyos (41,3%), según afirma el propio Lula.

Y mientras una buena parte de la población (33%) sigue aprobando la política económica del Gobierno, un 54,7% considera negativa la acción del mismo en los programas y conquistas sociales.

Según el nuevo sondeo, si Lula se presentase el año próximo sería derrotado en segunda vuelta por José Serra, actual alcalde São Paulo, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), a quien Lula ya venció en la segunda ronda de las presidenciales de 2002. El PSDB, sin embargo, aún no ha decidido quién será su candidato, cuyo nombre será dado a conocer el próximo marzo.

Los resultados del sondeo fueron publicados el mismo día en que el ministro de Hacienda, Antonio Palocci, era interrogado por la Comisión de Asuntos Económicos en la Cámara de Diputados, mientras se extendían los rumores sobre su posible dimisión, tras las críticas recibidas días antes por parte de la ministra de la Presidencia, Dilma Russeff, sin que Lula defendiera a su ministro. Sólo días más tarde y para calmar los mercados, Lula respaldó a Palocci, pero elogiando al mismo tiempo a la ministra, que había exigido un cambio de política económica, con menor rigor fiscal y mayor gasto público.

Ayer, Palocci aprovechó su nueva comparecencia en el Congreso para defenderse de las acusaciones de corrupción, reafirmar la política económica del Gobierno y confirmar que seguirá en el cargo. Palocci, que la semana pasada salió airoso de un interrogatorio en una comisión del Senado, podrá volver en breve al Parlamento si se le convoca para ser inquirido por una comisión que investiga denuncias de corrupción contra el gobernante Partido de los Trabajadores (PT). Sin referirse directamente a las versiones sobre su supuesta renuncia, Palocci dejó claro desde el comienzo del interrogatorio que continuará en el cargo y que no se modificará la política económica pese a las críticas de algunos miembros del gabinete.