El 'subcomandante Marcos' anuncia una iniciativa política con el respaldo del 98% de Chiapas

La guerrilla del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) anuncia en un escueto comunicado emitido anoche por su líder, el subcomandante Marcos, que en breve presentará "una iniciativa política de carácter nacional e internacional" de la que no aporta detalle alguno, salvo que cuenta con el apoyo del 98% de las comunidades indígenas de Chiapas, el Estado más pobre del país y donde el EZLN se alzó en armas el 1 de enero de 1994. Según el subcomandante, ésta era la razón por la que decretó la misteriosa "alerta roja", que supone la militarización de todas las comunidades indígenas rebeldes de Chiapas, el pasado 20 de junio: lejos de suponer el regreso de la lucha armada como se temía, fue un periodo emplado para consultar a las bases del movimiento zapatista sobre este plan.

La iniciativa, de la que no se conocen detalles, quedará plasmada en la VI Declaración de la Selva Lacandona, que conformarán una serie de mensajes que se harán públicos los próximos días. Según el comunicado, el quinto en tan sólo ocho días, "decenas de miles" de personas en las bases del movimiento zapatista repartidas "en más de mil comunidades indígenas" decidieron en asambleas apoyar el plan, que rebasará las fronteras del país. Entre el 20 y el 26 de junio se consultó a estas bases, periodo durante el cual se decretó una "alerta roja" no militar, que sigue vigente en ese Estado del sur de México. Allí se analizaron "las ventajas y desventajas, los peligros y los riesgos" de esta propuesta, que Marcos no detalla.

Aunque de momento se desconocen las intenciones de la guerrilla, el Gobierno mexicano se ha apresurado en dar la "bienvenida" a esta determinación de los zapatistas de emprender una iniciativa política, al tiempo que ha asegurado que que no habrá "ningún impedimento legal". "De ninguna manera habría ningún impedimento legal para que los zapatistas se puedan incorporar a la vida política del país a través de la organización que ellos decidan construir", ha subrayado en rueda de prensa el portavoz de la Presidencia, Rubén Aguilar. Es más, el portavoz ha abierto la posibilidad de que se retiren las acusaciones contra el subcomandante Marcos -pseudónimo con el que se proteje, a pesar de los cual fue identificado como el profesor de Filosofía de la Universidad Autónoma Metropolitana Rafael Sebastián Guillén-, y el resto de los insurgentes para "facilitar" su inserción en la política.

Apuntan a las elecciones de 2006

"La Presidencia ve con muy buenos ojos todas las iniciativas políticas promovidas al amparo de la democracia y de las libertades ciudadanas que en México se viven. La disposición de encontrar soluciones políticas siempre será bienvenida por este Gobierno", ha añadido Aguilar. En declaraciones a Efe, la activista mexicana Rosario Ibarra de Piedra, que ha encabezado durante décadas la lucha por los desaparecidos en México desde el Comité Eureka y simpatiza con el movimiento, no se ha mostrado sorprendida por la pretensión de internacionalizar este proyecto, al tiempo que ha asegurado desconocer hasta qué punto y en qué modo se concretará esta nueva iniciativa política que acaba de ser aprobada. Por su parte, el analista José Antonio Crespo ha señalado a la misma agencia que la estrategia zapatista parece estar orientada a convertirse en un revulsivo ante las presidenciales de 2006.

"Creo que va a recurrir a las organizaciones cívicas de izquierdas y a las de derechos humanos, un poco más neutrales, que están descontentas con los que está ocurriendo en México y con la clase política", ha señalado Crespo. En su opinión, "ciudadanos de clase media podrían respaldar un movimiento de protesta más amplio" como el que podrían llegar a plantear los líderes zapatistas, ya que en las elecciones al Congreso de 2003 se registró el más alto nivel de abstencionismo de la historia reciente en México. El analista cree que lo que busca el EZLN es conectar con ciudadanos y ONG "desde la base" para crear "un movimiento social desde abajo, no partidista, para generar condiciones de influencia en el proceso electoral".

El EZLN se alzó en armas el 1 de enero de 1994 y, tras diez días de lucha que dejaron 150 muertos, abanderó la causa indígena, entabló un diálogo de paz con el Gobierno y exigió una Ley de Derechos y Cultura Indígenas. Esta ley fue aprobada en el Congreso en abril de 2001, pero con enmiendas que no satisficieron a los zapatistas, por lo que el diálogo se mantiene bloqueado desde entonces.