Cinco atentados dejan más de 30 muertos en Irak mientras resurge el temor a una guerra civil
Bush habla de "optimismo" pese a las sangrientas matanzas y afirma que EE UU vencerá cuando derrote al terror y forme a las fuerzas locales
Al menos 33 iraquíes, entre civiles y policías, han perdido la vida y otros 29 han resultado heridos en las últimas horas en tres ataques de la insurgencia en las ciudades iraquíes de Samarra, Ramadi, Bagdad y Mosul. Además, ha rebrotado el fantasma de la guerra civil en Irak con los asesinatos de un líder suní y otro chií. Mientras tanto, en su mensaje radiofónico de los sábados, el presidente George W. Bush ha asegurado que el pueblo iraquí tiene cada vez más "optimismo" y "esperanza"y ha explicado que su estrategia para que EE UU "abandone victorioso Irak" es derrotar al terrorismo, formar a las fuerzas de seguridad iraquíes y construir una democracia estable.
El atentado más cruento ha ocurrido entrada la tarde en la ciudad de Samarra, al norte de Bagdad, cuando un coche bomba ha explotado frente a la casa de un funcionario del Ministerio de Interior relacionado con la lucha contra la insurgencia. Mohamed Abdel Yabar, portavoz de la Policía local, ha informado de que 11 personas han perdido la vida y otras 20 han resultado heridas a causa de la deflagración. El atentado tenía como objetivo matar al funcionario, quien se ha salvado al no encontrarse en su domicilio, situado en el barrio de El Bu Nissan. "Han perecido todos los miembros de la familia que estaban en la casa, que ha sufrido enormes daños, al igual que los edificios vecinos y algunos coches aparcados", ha agregado Yabar, quien no ha revelado el nombre del funcionario y se limitó a indicar que pertenecía a la fuerza de élite.
En Mosul, un coche bomba ha matado a cinco policías y ha herido a otros dos. El atentado se ha producido a las 20.30 (18.30 en España peninsular). Media hora después, a las 21.00 hora local (19.00 en España peninsular), al menos cinco civiles han muerto y siete más han resultado heridos en un ataque con fuego de mortero contra una cafetería atestada de público en un barrio de mayoría chií del oeste de Bagdad. En Kirkuk (a 250 kilómetros al norte de Bagdad), cuatro policías han muerto en un atentado suicida con coche bomba. En la misma ciudad, una mujer y sus dos hijos han resultado gravemente heridos al estallar un obús en su casa.
Dos asesinatos selectivos
Además, ocho agentes de la Policía iraquí han muerto y uno ha resultado herido en otro atentado con coche bomba, combinado esta vez con un asalto a un cuartel cercano a la ciudad rebelde de Ramadi, en la provincia de Al-Anbar, corazón de la insurgencia en Irak. Según un portavoz del Ministerio del Interior, el incidente ocurrió anoche en un acuartelamiento a medio camino entre la localidad de Rawa y el municipio de Ramadi, a cien kilómetros de Bagdad. "Tras la explosión del coche bomba, unos 20 hombres armados a bordo de tres vehículos atacaron la base con pistolas y subfusiles", ha explicado el portavoz, para añadir que el cuartel de la Guardia Nacional iraquí protege a los trabajadores de una explotación de fosfatos vecina a una gran base del Ejército estadounidense.
Irak también deja hoy noticias que apuntan a la posibilidad de que se desate una guerra civil: un responsable chií y otro suní han sido asesinados por sendas partidas de hombres armados en la capital y la ciudad septentrional de Mosul, respectivamente. Ninguna de las dos comunidades ha acusado a partido o grupo alguno de los crímenes. Así, uno de los representantes del gran ayatolá Ali al-Sistani, máxima autoridad religiosa chií de Irak, fue tiroteado cuando circulaba en compañía de dos guardaespaldas por el distrito meridional de Al-Dura, en el sur de Bagdad, reveló el Ministerio de Interior sin facilitar la identidad del fallecido.
El Partido Islámico de Irak, principal formación suní del país, informó, por su parte, de que uno de sus miembros, el jeque Ali Hasan Al-Ramli, fue acribillado a balazos por un grupo de desconocidos en el suroeste de Mosul. El jeque fue tiroteado cuando salía de su domicilio junto a su hermano, también muerto, en el municipio de Tel al-Arish, a unos 400 kilómetros al norte de Bagdad.
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