Los últimos sondeos vaticinan una holgada victoria de Blair en los comicios de mañana

A menos de 24 horas para que los británicos acudan a las urnas para elegir a los 646 miembros de la Cámara de los Comunes, todos los sondeos siguen dando a Tony Blair, que aspira a su tercera victoria consecutiva al frente del Partido Laborista, una holgada victoria sobre sus contrincantes. Y eso pese a que la campaña ha estado teñida de constantes acusaciones contra Blair por su apoyo sin fisuras a la impopular guerra en Irak.

Así, la encuesta que publican conjuntamente el diario The Times y la cadena ITV, realizada por la empresa Populus en base a 1.400 entrevistas, otorga al primer ministro saliente un apoyo del 41% del electorado. El Partido Conservador de Michael Howard sólo convence al 27% de británicos, un apoyo muy próximo al que cosechan los liberal-demócratas de Charles Kennedy, que obtendrían el 23% de respaldo. Esta encuesta no hace sino confirmar los peores presagios de los tories, que descienden dos puntos en intención de voto, cosechando sus peores resultados en un sondeo de campaña. De confirmarse estas cifras, el batacazo de los conservadores sería considerable, al no sacar ventaja electoral del desgaste político, guerra de dudosa legitimidad internacional incluida, de los laboristas tras ocho años de gobierno.

Otra proyección de voto publicada por la cadena de televisión Sky News arroja unos resultados muy parejos, aunque un poco más favorables para los conservadores, que se situarían con un 33% de votos, tres puntos por debajo de los laboristas, con un 36%. La tercera fuerza política, los liberal-demócratas, saldrían perdiendo de la lucha entre Blair y Howard y obtendrían un 25%.

Una lucha "apretada y dura"

En un país donde no hay jornada de reflexión, los tres candidatos queman hoy, y hasta última hora de mañana, todos sus cartuchos para intentar arañar votos. Pese al viento a favor de una histórica victoria del laborismo (nunca antes el Partido de Blair había ganado tres comicios legislativos consecutivos), el primer ministro aún "no canta victoria" y lucha voto por voto en cada circunscripción donde la mayoría laborista es dudosa y no se sabe con certeza qué va a pasar mañana. El primer ministro ha admitido hoy, en la última rueda de prensa en Londres junto a todos los miembros de su Gobierno, que la contienda electoral es "apretada" y "dura". También ha hecho un último llamamiento a la movilización del voto progresista ante el peligro de que la apatía de laboristas se traduzca en la entrada de un Gobierno conservador por la puerta trasera, ha advertido en referencia al sistema electoral británico, de mayoría simple a una sola vuelta. "La cuestión es: ¿Podemos sacar a la gente para que nos vote mañana?", se ha preguntado el líder laborista. Blair intentará hoy atraer votantes en Lancashire y Yorkshire (norte de Inglaterra), y en Escocia, antes de viajar hasta su circunscripción de Sedgefield, norte del país, donde tiene previsto depositar su voto el jueves por la mañana.

Al igual que durante la ultima semana, los laboristas han recurrido hoy de nuevo a la economía para recordarle a la gente que una Administración tory puede poner en peligro la estabilidad económica del país y amenazar con el retorno a los altos tipos de interés, como en los tiempos del ex primer ministro conservador John Major, que gobernó siete años, de 1990 a 1997.

Michael Howard concentrará todas sus energías del último día de campaña en el norte, sur y este de Inglaterra, mientras que Charles Kennedy se centrará en Londres antes de viajar al norte de Inglaterra y a Escocia. El líder tory ha vuelto hoy a atacar al primer ministro, de quien ha destacado que ha faltado a la verdad en asuntos que interesan a la gente, como los impuestos, la seguridad social y las matrículas universitarias.

Mientras tanto, el líder liberal demócrata se ha mostrado optimista sobre el resultado que pueda conseguir su partido en los comicios. Preguntado en rueda de prensa si creía que puede ser primer ministro este fin de semana, Kennedy ha recurrido a la divinidad para dar respuesta: "No lo sé, eso está en manos de Dios y del electorado". "Hay ciertamente un sentimiento optimista, fuerte, sobre los liberal demócratas en el cierre de la campaña", ha confiado.