Una comisión impulsada por Bush reconoce que la guerra se basó en información totalmente errónea
Los expertos recomiendan en su informe cambios sustanciales en los servicios de inteligencia, tesis defendida esta tarde por la Casa Blanca
EE UU lanzó la guerra de Irak y embarcó en ella a medio mundo basándose en informaciones "totalmente erróneas". Ése ha sido el rotundo diagnóstico de la comisión designada por el presidente, George W. Bush, para investigar los fallos de las agencias de inteligencia en los meses previos al ataque. El informe recomienda una reforma en profundidad de los servicios secretos y advierte además de que la información que se maneja sobre Corea o Irán tiene la misma fiabilidad que la que se tenía entonces sobre las armas de Sadam Husein.
El documento, de 600 páginas, ha sido filtrado a la prensa, que ha publicado con cuentagotas algunas de sus conclusiones, y esta tarde ha sido presentado oficialmente en la Casa Blanca. Bush designó la comisión hace un año para que estudiara por qué las agencias de espionaje y los servicios de inteligencia de EE UU magnificaron el arsenal iraquí y presentaron a su país poco menos que como una potencia en armas químicas biológicas y radioactivas. Bush ha comparecido hoy en público para afirmar que hace falta introducir "un cambio fundamental" en el funcionamiento de los servicios de inteligencia.
La peor parte del informe de la comisión, encabezada por el juez Lawrence Silberman y el ex gobernador de Virginia Charles Robb, se la llevan los servicios secretos, cuyas informaciones fueron esgrimidas en Naciones Unidas por el secretario de Estado, Colin Powell, para justificar la invasión. "Necesitamos agencias de inteligencia que estén realmente integradas, que tengan más imaginación, estén dispuestas a correr riesgos, y sean abiertas a una nueva generación y receptivas a las nuevas tecnologías", señala el documento.
Los fallos se repiten
Las conclusiones sobre el pobre nivel de las agencias de inteligencia de EE UU se ceban especialmente con la CIA coinciden básicamente con las alcanzadas por otra histórica comisión, la que analizó en el Congreso los atentados del 11-M. Su informe resultaba también demoledor para la CIA y reclamaba una profunda reorganización en los servicios de inteligencia del país.
Con todo, lo peor del documento que hoy se presenta es que asume que, lejos de corregirse, los errores se siguen repitiendo. El informe hace referencia en concreto a la información que maneja el Gobierno de Washington sobre dos países del llamado Eje del Mal, Irán y Corea del Norte, y concluye que está plagada de los mismos errores que la que se manejó para justificar la guerra de Irak.
"Hemos pasado tanto tiempo reorganizándonos que no hemos tenido tiempo de ver si los cambios que hemos hecho han funcionado", ha confesado un funcionario de inteligencia al diario The New York Times. De hecho, aún está pendiente de confirmación por el Senado el futuro director nacional de Inteligencia, John Negroponte, la primera persona que ocupará este puesto. De momento, y a raíz de los atentados del 11-S el presupuesto de las agencias de inteligencia ha pasado de 30.000 a 40.000 millones de dólares (de 23.100 a 30.800 millones de euros) al año.
Pearl Harbour y el 11-S
El informe de la comisión establece una sangrante comparación entre la reacción de EE UU a las dos mayores agresiones que ha sufrido en el último siglo: el ataque japonés a Pearl Harbour y los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington.
Según la comisión, tres años y medio después de que los aviones nipones destrozaran a la flota estadounidense del Pacífico el Gobierno de Washington "había creado un Ejército y una flota que habían cruzado dos océanos, el Canal de la Mancha y el Rhin, había puesto de rodillas a Alemania y en dos meses lograría la rendición del Japón". El mismo tiempo ha transcurrido desde el peor ataque en suelo de EE UU de la historia pero el informe reconoce que los servicios secretos no muestran síntomas de mejoría.
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