Al menos 22 reclusos mueren durante el asalto del Ejército a una prisión filipina

El asalto policial para poner fin a un motín de presos del grupo terrorista Abu Sayyaf en una prisión de Manila se ha saldado con 22 reclusos muertos, según los últimos datos difundidos por el jefe de la policía de Manila, Avelizo Razon. El responsable ha explicado que seis agentes de las fuerzas que participaron en el operativo resultaron heridos. El asalto, en el que utilizaron botes de humo y balas, se produjo a las 09.15 de la mañana hora local (02.15 en la España peninsular) cuando, según las autoridades filipinas, se habían agotado todas las vías de negociación con los alzados. Cerca de un centenar de presos de la organización islamista Abu Sayyaf -considerada por EEUU como afiliada a la red Al Qaeda- iniciaron en la mañana del lunes el motín que concluyó más de 24 horas después con el asalto policial.

El secretario filipino de Interior, Angelo Reyes, ha afirmado que entre los fallecidos se encuentran cuatro líderes de Abú Sayyaf, incluyendo los dos hombres que dirigieron el intento frustrado de fuga ayer lunes, que dejó cinco víctimas mortales más. Reyes ha identificado a tres líderes de Abu Sayyaf entre los detenidos muertos: Alhamzar Manated Limbong, alias 'Kosovo', Ghalib Andang, conocido como 'Comandante Robot' y Nadzmie Sabtulá, alias 'Comandante Global'. Todos estaban acusados de secuestros en masa y otros ataques terroristas. También murió otro perteneciente a Abú Sayyaf, Hazdi Daie, portavoz de los internos. Por el momento se desconoce la identidad de los otros 18 detenidos muertos.

Las autoridades dieron 15 minutos a los presos para que se entregaran o se enfrentarían a un asalto, un día después de que un trato para poner al fin al motín se rompiera debido a las peticiones de los extremistas. La Policía lanzó un intenso ataque en la prisión de Camp Bagong Diwa, después de que expirara el plazo impuesto.

"Nos hemos preparado adecuadamente para este ejercicio particular, esta ofensiva que hemos tenido que comenzar", declaró Reyes momentos antes de que comenzara el asalto. "No tenemos otra opción. Hemos hecho previsiones para una rápida evacuación, y atención médica para aquellas persona que puedan resultar heridas", agregó.

Los internos del centro de detención, dirigidos por militantes del grupo islamista radical de Abú Sayyaf, se mostraron de acuerdo a entregar sus armas después de que su fracasado intento de fuga dejara cinco víctimas mortales. Pero el trato se rompió al no ponerse de acuerdo en las peticiones de los amotinados.

La prisión contiene a unos 425 sospechosos, incluyendo 129 supuestos miembros y líderes del grupo de Abú Sayyaf, ligado a la red terrorista Al Qaeda, conocido por sus ataques con bombas y secuestros, algunos de los cuales finalizaron en decapitaciones. El incidente se produjo cuando un presunto miembro de Abú Sayyaf, que iba a ser escoltado al tribunal para una audiencia, desarmó a un guardia antes de esposarle, se apoderó de su rifle y disparó contra los guardias de la prisión que se encontraban a su alrededor, según la Policía. Otros reclusos se apoderaron entonces de armas.