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Reportaje:

La fiesta sagrada de los chiíes

La Achura, que volvió a celebrarse el año pasado en Kerbala tras la caída de Hussein, se vio ensangrentada por dos atentados que dejaron 140 muertos

Los chiíes de Irak, comunidad mayoritaria dentro de los musulmanes iraquíes celebran estos días la Achura (luto), uno de sus fiestas más sagradas. La Achura, prohibida durante el Gobierno de Sadam, conmemora el martirio, flagelación y amputación hace 14 siglos de Husein, tercer califa chií, nieto de Mahoma y uno de los hombres santos de esa comunidad.

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Las principales celebraciones tienen lugar en Nayaf y, sobre todo, en Kerbala, uno de los lugares santos del chiísmo, donde cientos de miles de peregrinos iraquíes pero también de Afganistán, Pakistán, India, Líbano o Irá se congregan en torno al mausoleo del imán Husein, al que dan vueltas mientras corean eslóganes religiosos y ponen sus vidas a disposición del santo. Algunos penitentes incluso derraman su propia sangre haciéndose cortes en la cabeza con una espada.

El mausoleo de Husein, que ha sido destruido en varias ocasiones, atrae también a millones de fieles que se dirigen a La Meca o a Nayaf, donde está la tumba de Alí, primo y yerno de Mahoma y padre de Al Hussein. Los chiíes son precisamente los seguidores de Alí (chi'a significa facción en árabe) que tras su asesinato en el año 661 apoyaron a sus hijos como únicos sucesores legítimos del profeta. Para ellos, los califas que se habían hecho con el poder después de Alí y que contaban con el apoyo de los suníes -corriente mayoritario en el Islam- son unos "usurpadores".

Kerbala es ciudad mártir desde 1991. Aquel año, el levantamiento chií en el sur, aprovechando la derrota iraquí en la guerra del Golfo, fue duramente reprimido por Sadam Hussein. Miles de personas perecieron y fueron destruidas las mezquitas.

El año pasado volvieron a permitirse las peregrinaciones tras la caída de Husein pero dos atentados en Bagdad y Kerbala ensangrentaron la jornada. En total se produjeron más de 180 muertos y 400 heridos en la jornada más trágica desde el fin de la guerra. Este año, para prevenir atentados, el Gobierno iraquí ha adoptado las máximas medidas de seguridad, aislando las ciudades sagradas y cerrando las fronteras.

Miles de mujeres se congregan en Kerbala con motivo de la Achura.
Miles de mujeres se congregan en Kerbala con motivo de la Achura.REUTERS

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