El Parlamento israelí debate la evacuación de Gaza bajo violentas protestas de los colonos
Sharon manifiesta su deseo de coordinar la retirada con los palestinos y asegura que la cumbre de Shram el Sheij fue "un nuevo comienzo"
El Parlamento israelí (Kneset) ha comenzado hoy a debatir la evacuación, prevista para el próximo mes de julio, de los 21 asentamientos judíos del territorio palestino ocupado de Gaza, bajo violentas manifestaciones de protesta de los extremistas. El primer ministro israelí, Ariel Sharon, ha subrayado esta tarde en rueda de prensa que le gustaría coordinar esta retirada con la Autoridad Nacional Palestina (ANP). "Creo que es muy importante hacerlo para no dejar las áreas que abandonemos en manos de Hamás, sino en manos de la ANP", ha subrayado Sharon.
La ley de "evacuación e indemnización", que regularizará las compensaciones del Estado a unos 8.000 colonos -algunos de los cuales llevan más de 30 años viviendo Gaza tras la guerra de 1967- será sometida mañana, miércoles, a votación en segunda y última lectura, antes de llegar al Poder Ejecutivo. La última instancia antes de entrar en vigor la ley será el Consejo de Ministros, que la debatirá y tiene previsto aprobarla el próximo domingo. Según la prensa local, algunos de los que se verán obligados a abandonar sus hogares recibirán unos 250.000 dólares para establecerse en Israel, pero la mayoría está en contra de la evacuación y amenaza con resistir. Más de 5.000 agentes han comenzado a adiestrarse para el desalojo, que deberán realizar desarmados por temor a que se produzcan muertos y que esto desencadene una guerra fratricida entre israelíes.
Según fuentes parlamentarias, la coalición de Sharon con el líder laborista, Simón Peres, tiene asegurada una mayoría entre los 120 miembros de la Cámara. El proyecto de ley fue enmendado y las autoridades han consentido en aumentar en 1.000 millones de shekel (más de 200 millones de dólares) el fondo de compensaciones, además de eliminar castigos previstos para los colonos que se resistan por la fuerza. Mientras tanto, un juzgado de Jerusalén ha encausado hoy a 31 extremistas israelíes de un total de 60 detenidos anoche al interrumpir la circulación en carreteras del país en protesta contra el desalojo. 11 policías, que tienen orden de dispersar a los extremistas "sólo con las manos", resultaron heridos al cortar la ruta número 1, que une a Jerusalén con Tel Aviv. No se informó de víctimas entre los manifestantes, alguno de los cuales van armados.
"No toleraremos desórdenes"
"Seremos sensibles a las manifestaciones de protesta, siempre que se enmarque dentro de lo permitido por la ley, pero no toleraremos desórdenes", ha advertido un jefe superior de la policía, Berti Ohaión. En medios del Gobierno y en los organismos de seguridad, que están velando día y noche por la vida de Sharon y de varios de sus ministros, entre ellos el de Defensa, Shaúl Mofaz, existía hoy la impresión de que esas manifestaciones continuarán. Los colonos, los partidos de la derecha en la oposición, y algunos ministros, como el de Exteriores, Silván Shalom, exigen someter la evacuación de Gaza a una consulta popular, pero Sharon ve en ello una "maniobra dilatoria", y se niega a ceder. "Somos una democracia parlamentaria. Un referendo generará un torbellino político y no podemos dejar la calle a los extremistas", ha señalado hoy el ministro de Vivienda, el laborista Isaac Herzog.
Más de 90.000 israelíes se han comprometido a trasladarse a los asentamientos que serán evacuados, entre ellos cuatro de Cisjordania, para impedir el desalojo de sus habitantes. Para hablar de todo esto, Sharon ha ofrecido esta tarde una rueda de prensa a los medios extranjeros en un hotel de Jerusalén, en la que ha subrayado que Israel vive "un momento crucial" tras la cumbre de Sharm el Sheij (Egipto), celebrada hace una semana y que ha calificado de "nuevo comienzo". Sharon ha indicado que esta reunión demuestra que pueden alcanzarse "progresos" en la región en aras de la paz, si cesa la violencia.
El primer ministro ha explicado que en la cumbre insistió a los palestinos, al presidente de Egipto, Hosni Mubarak, y al monarca jordano Abdalá II, en que había ser "muy cautos", porque no cree que Israel pueda aplicar el plan unilateral para la evacuación de Gaza "bajo fuego". "Porque si hay fuego, nuestra reacción será muy dura", ha advertido, antes de destacar que será "conveniente la coordinación" con la ANP. El primer ministro también se ha referido a las amenazas vertidas contra él, contra miembros de su gabinete y diputados israelíes: "Estas amenazas son intolerables, en toda mi vida nunca me he rendido ante las amenazas, y no lo haré ahora. Extiendo este mensaje a los ministros y diputados que se ven amenazados y les digo que el Gobierno tomará las medidas necesarias para garantizar su seguridad y habrá debates sobre la cuestión".
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