Sharon se enfrenta a su ministro de Exteriores por la retirada de Gaza

La vuelta a casa del primer ministro israelí, Ariel Sharon, y del presidente palestino, Mahmud Abbas, tras la cumbre de Sharm el Sheij, ha sido menos placentera de lo que ambos deseaban. El jefe del Gobierno israelí se ha encontrado con una campaña liderada por el responsable de Asuntos Exteriores, Silvan Shalom, y por el presidente del Parlamento, Reuven Rivlin, a favor de la celebración de un referéndum sobre el plan de retirada de la franja de Gaza. Al mismo tiempo, Abbas anuló anoche su viaje a Gaza, donde tenía previsto reunirse con los líderes de las facciones armadas palestinas, reticentes a la tregua bilateral anunciada en Egipto.

Sharon, satisfecho de las reacciones que ha provocado su discurso en la cumbre del martes, lanzó ayer un mensaje contra Shalom y Rivlin: "Basta de amenazas. Nunca he cedido ante ellas. No habrá referéndum sobre este tema". Sharon y la plana mayor de los ministros laboristas del Ejecutivo acusan a Shalom de "querer boicotear la retirada de la franja de Gaza". Es más, el ministro de Interior, el joven laborista Ofir Pines, advirtió de que si se celebra un referéndum abandonarán "inmediatamente el Gobierno".

Shalom aseguró que "el referéndum evitará una guerra civil que puede originarse si nuestros soldados desalojan a ciudadanos de las colonias". Ayer, la pregunta más habitual en medios políticos era por qué Shalom, hasta ahora firme aliado de Sharon, ha decidido enfrentarse al primer ministro en el flanco que más le duele, su plan de retirada de la franja de Gaza, que incluye la evacuación de 21 colonias y de cuatro más en el norte de Cisjordania. Unos aseguran que la motivación de Shalom es ideológica, que siempre se ha resistido al desmantelamiento de asentamientos. Otros creen que se debe a que, pese a ser jefe de la diplomacia israelí, no fue invitado por Sharon a la cumbre de Sharm el Sheij.

Esta minicrisis en el Gobierno de Sharon no evitó que ayer se tomaran las primeras medidas para aliviar la vida cotidiana de los palestinos, tras los acuerdos con la Autoridad Palestina. Ayer, por ejemplo, se ordenó la reapertura del paso fronterizo y el parque industrial de Erez, en el norte de la franja, cerrados desde septiembre de 2004. Otro enclave fronterizo de Gaza, el de Karni, se reabrirá hoy. Israel también concedió permiso a 1.000 trabajadores de Gaza para que puedan entrar en Israel.

El domingo se prevé la liberación de 500 presos palestinos de las cárceles israelíes. Los organismos de seguridad se encargan de establecer la lista. "Hay que dejar claro un asunto, ninguno de estos 500 presos tiene las manos manchadas de sangre", afirmó el oficial israelí que en las últimas semanas se ha reunido en varias ocasiones con el general palestino Musa Arafat. Fuentes israelíes aseguraban que la mayoría de los presos que serán liberados el domingo pertenecen al movimiento Al Fatah (más de 400) y sólo 15 son de Hamás.

Abu Mazen confirmó a la televisión palestina "la evacuación de cinco zonas de Cisjordania, lo que significa la retirada del Ejército israelí de cinco ciudades y sus alrededores", empezando por Jericó.

Un activista del brazo armado de Hamás murió ayer víctima de la explosión de una bomba que estaba preparando para colocar cerca de un asentamiento de Gush Katif, en la franja de Gaza.