Schröder: "La principal lección del Holocausto es combatir los genocidios de hoy"

El canciller alemán, Gerhard Schröder, ha recordado hoy ante el Comité Internacional de Auschwitz la "especial responsabilidad" de Alemania para mantener viva la memoria del Holocausto, cuya lección actual y de futuro debe ser la lucha contra todo genocidio y opresión de las minorías en el mundo. El Holocausto fue "el más profundo desgarro" de la civilización, no explicable en palabras ni siquiera 60 años después de un horror "sin precedentes", ha recordado el canciller en vísperas del 60 aniversario de la liberación del campo de exterminio, el 27 de enero de 1945.

"No hay compensación posible capaz de reparar el dolor infligido a millones de personas", ha admitido Schröder en un acto celebrado en el Deutsches Theater ante un auditorio formado por supervivientes y jóvenes estudiantes. Aunque la inmensa mayoría de los alemanes de hoy no tienen culpa alguna del Holocausto, Alemania tiene la "obligación moral" de mantener vivo su recuerdo y de combatir cualquier intento de minimizarlo, ha agregado Schröder. "Judíos, gitanos, homosexuales, enemigos políticos, prisioneros de guerra y miembros de la resistencia de toda Europa fueron aniquilados con fría e industrial perfección o esclavizados hasta la muerte", ha recordado el canciller.

La lección del Holocausto se plasmó en la Convención sobre el Genocidio de 1948, un texto que compromete "a todos a respetar y proteger la vida y la dignidad humana en todo el mundo", ha continuado. La responsabilidad del Holocausto recae "de un modo especial" en Alemania, pero ello no deja exento de culpa al resto del mundo, ha señalado, por su parte, el presidente del Congreso Mundial Judío, Israel Singer. El nazismo no actuó solo, sino que contó con "complicidades austríacas, falsas neutralidades suizas y apoyos de países europeos" a la industria armamentista del Tercer Reich, ha señalado Singer. "No todos los franceses estaban con (Charles) De Gaulle", ha añadido, ni todos los gobiernos occidentales respondieron con la misma celeridad que los aliados para combatir el Tercer Reich.

"El mayor cementerio del mundo"

Desde Berlín, lugar donde se fraguó el plan de exterminio nazi, Schröder ha agradecido que muchos judíos hubiesen elegido regresar a Alemania tras el Holocausto y haber restablecido así en el país una comunidad "vital y creciente", la tercera de Europa. Junto a este agradecimiento, Schröder ha advertido de la necesidad de combatir "con la confrontación política" tanto las "consignas y provocaciones de la ultraderecha" como los sentimientos antisemitas. "No debemos consentir que el antisemitismo pueda volver a herir o expulsar a ciudadanos judíos de nuestro país y a avergonzar a nuestra nación".

La respuesta debe ser la "confrontación política, tanto con neonazis como con viejos nazis". Schröder aludía así a la reciente provocación del ultraderechista Partido Nacional Democrático (NPD), que causó estupor al calificar de "Holocausto con bombas" los bombardeos aliados sobre la ciudad alemana de Dresde, desde la cámara regional de Sajonia. Más explícitos han sido algunos representantes del colectivo de supervivientes de Auschwitz, como el presidente honorífico del Comité Internacional, Julius Goldstein, para quien ese campo fue, con más de millón y medio de muertos, "el mayor cementerio del mundo".

70 años después del Holocausto, "nos causa un terrible dolor" tener que asistir a semejantes afrentas y ver cómo los tribunales alemanes no "frenan, por creer que deben primar la libertad de expresión", a los neonazis, ha señalado el nonagenario Goldstein, tras evocar su experiencia como superviviente. La misma "tolerancia cero" a los neonazis ha pedido la representante del colectivo de gitanos de Berlín y Brandeburgo, Petra Rosenberg, perteneciente a la generación de hijos de perseguidos por el nazismo. Rosenberg ha exigido a la clase política una respuesta ante una provocación "alarmante" de una ultraderecha que no es parte del pasado sino del presente, y que se siente reforzada tras acceder a un parlamento alemán, como es el de Sajonia.