El 'hombre araña' francés corona en Taipei el edificio más alto del mundo
Alian Robert, de 42 años, bate su propio récord al escalar una espectacular construcción de 101 pisos y 508 metros de altura en unas pocas horas
Alian Robert, el llamado hombre araña francés, ha dedicado el día de Navidad a subir y bajar, en cuatro horas y veinte minutos, el edificio más alto del mundo, el Taipei 101, en medio de una inusitada expectación ante el frío reinante, la niebla y los fuertes vientos.
Con su asombroso ascenso al Taipei 101, el hombre araña, vestido con un mono rojo, luciendo melena rubia y un característico pendiente en la oreja izquierda, ha batido su propia marca, establecida en las torres Petronas de Kuala Lumpur, el que fuera el edificio más alto del mundo hasta que se completó la construcción del Taipei 101 en 2003.
Robert, de 42 años, ya ha escalado, sin más instrumentos que sus brazos y piernas, la Torre Eiffel de París, el Empire State de Nueva York, el puente Golden Gate de San Francisco, la Torre Sears en Chicago y el edificio de la ópera de Sydney.
En esta ocasión, el hombre araña ha utilizado una cuerda de seguridad en su ascenso iniciado a las 10.00 hora local y que coronó después de tres horas y media, y de escalar un edificio de 101 pisos, 508 metros de altura y cristaleras muy resbaladizas, en medio de nubes bajas. Los últimos 40 metros los subió colgado de cuerdas y mecido por fuertes vientos, ya que en la punta del edificio no existen suficientes fisuras o prominencias de las que agarrarse.
Mundanos inicios
Robert relató a la prensa que su afición por esta peligrosa actividad trepadora urbana se inició en 1994, cuando uno de sus mentores le ofreció rodar un anuncio en el que necesitaba escalar al estilo araña. "Descubrí un tipo de escalada extraordinariamente puro y comprendí que podía darme de comer y llevarme a viajar por todo el mundo", dijo Robert.
Sin embargo, su primera experiencia de escalada urbana tiene una motivación más cercana al resto de los mortales: había perdido las llaves de casa. "Vivía en un séptimo piso y más de una vez tuve que trepar por la fachada para no quedarme en la calle", contó el hombre araña.
Antes de sus peligrosas excursiones verticales, Robert suele dormir y no hace ningún otro tipo de preparación psicológica. "La gente se imagina que hago yoga y cosas así, pero no es cierto, duermo. Durante la escalada sólo pienso en el siguiente movimiento, no pienso en el éxito, el fracaso o cosas así, con todas las veces en las que estoy a punto de caerme no puedo pensar más que en el movimiento", señaló el francés.
Fracturas en el 60% de los huesos
Robert, tras sufrir numerosos accidentes en su vida de hombre araña, presume de fracturas en el "sesenta por ciento de los huesos" y de encuentros con la muerte en más de una ocasión. "Lo más difícil es encontrar una secuencia sencilla de escalada para solucionar los puntos difíciles y a menudo he estado a punto de caerme y varias veces durante una misma escalada", agregó Robert.
La inauguración oficial del Taipei 101, que se yergue como una caña de bambú en medio del distrito financiero de Taipei y que ha costado 1.700 millones de dólares, será el próximo 31 de diciembre. La escalada de Robert ha servido de inicio a una serie de actividades destinadas a preparar ese evento.
El Taipei 101 está construido a prueba de terremotos y posee los ascensores más rápidos del mundo (1.010 metros por minuto), el mayor equipo de antibalanceo, sensores sísmicos y sistemas de seguridad conectados a Internet. Cada ocho pisos tiene áreas de refugio para emergencias, que protegen del humo y fuego, y a las que se accede por escaleras presurizadas. La carga del edificio descansa en ocho columnas de acero y cemento, con 2,4 a 3 metros de diámetro, y en columnas más pequeñas alrededor de las escaleras centrales y los ascensores. De momento sólo están abiertos al público un centro comercial y restaurantes en las plantas inferiores y no se permite aún a los visitantes la subida a los pisos altos.
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