El Supremo ucranio invalida el resultado de las presidenciales y ordena repetir la segunda vuelta
La decisión judicial considera ilegales los datos de la Comisión Electoral Central y obliga a celebrar de nuevo la segunda vuelta
El Tribunal Supremo de Ucrania ha decidido tras casi siete horas de deliberaciones invalidar el resultado de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, celebrada el pasado 21 de noviembre, y ha declarado ilegales los datos hechos públicos por la Comisión Electoral Central. La corte ha ordenado además repetir esa segunda ronda electoral "para defender los derechos de los electores", lo que supone una tremenda victoria política para la oposición, que no sólo logra que se invaliden los resultados que daban ganador al candidato oficialista sino que además le condenan a no ser sustituido por otro en la reválida pese al enorme desgaste y desprestigio sufrido en los últimos días.
El Supremo considera que "durante la segunda vuelta se cometieron falsificaciones que hacen imposible determinar los resultados de las elecciones", pues "las acciones de la Comisión Electoral Central se contradicen con la legislación del país". Además, los jueces han rechazado el recurso de la oposición, que quería ser proclamada ganadora en virtud a que vencieron en la primera vuelta. El dictamen del tribunal ha sido recogido con vítores y alegría entre los ciudadanos que se congregaron en las calles de Kiev y siguieron mediante pantallas gigantes las discusiones de los jueces.
Los protagonistas de esta crisis política ya habían empezado a coincidir antes de la decisión de los jueces en que la repetición de los comicios era la salida más limpia y quizá la única que podría cerrar el conflicto al menos temporalmente de forma consensuada. Sin embargo, el líder de la oposición, Víktor Yushenko, que fue el que presentó la denuncia de fraude ante el Supremo, afirmó ayer en Kiev que la única solución era repetir la segunda vuelta, es decir, un nuevo duelo a dos con el primer ministro, Viktor Yanukóvich, dado por ganador por la Comisión Electoral Central. El presidente saliente, Leonid Kuchma, coincidió en la necesidad de repetir las elecciones, pero afirmó que debería hacerse desde el principio, o sea, celebrando de nuevo una primera vuelta. Esta opción contaba con el respaldo del presidente ruso, Vladímir Putin, al que Kuchma visitó ayer en Moscú.
Según los analistas políticos, detrás de la postura de Kuchma se esconde su deseo de encontrar un nuevo candidato que sustituya al muy desgastado Yanukóvich. El problema es que para hacer tal cosa es necesario comenzar en proceso electoral desde el principio y no sólo repetir la segunda vuelta. Fuentes del equipo del primer ministro que pidieron el anonimato a la corresponsal de EL PAÍS señalaron que los posibles candidatos eran el jefe del Parlamento, Vladímir Litvin, y al ex jefe del Banco Central Serguéi Tigipko, que dirigió la campaña de Yanukóvich. La decisión del Supremo hecha pública hoy pone contra las cuerdas además a Yanukóvich, pues da por hecho que se produjo el fraude electoral denunciado por la oposición, pero a la vez le obliga a presentarse a esta tercera vuelta. Por si fuera poco, formalmente es ya ex primer ministro, puesto que el Parlamento aprobó una moción de censura contra él hace dos días.
Por su parte, el líder opositor teme que alargar mucho la situación pueda desgastar su principal pilar de apoyo, los miles de ciudadanos que pese al durísimo invierno ucranio han salido a las calles para respaldar sus denuncias de fraude electoral —por otra parte refrendadas por la comunidad internacional casi en pleno, con Estados Unidos y la Unión Europea a la cabeza—. Yúshenko comparó ayer los comicios con un partido de fútbol, cuyos dos tiempos se jugaron el 31 de octubre y el 21 de noviembre y acabaron en empate —la primera vuelta la ganó él—. Aludiendo a "los que dicen que debe jugarse un nuevo partido", afirmó: "No vamos a permitirlo, no está bien. Si el árbitro no puede decidir quién es el ganador, hay que pasar a los penaltis". Así las cosas, la oposición considera que los nuevos comicios deberían celebrarse en "tres semanas", o sea, el 26 de diciembre.
Víktor Yúshenko
El líder opositor Víktor Yúshenko tiene 50 años y está casado con una ciudadana estadounidense de origen ucranio, Yekaterina, sobre la que se centraron los ataques durante la campaña electoral por haber trabajado para el Departamento de Estado norteamericano. Fue presidente del Banco Central y se atrajo la admiración de Occidente por sus esfuerzos reformistas en el Gobierno del presidente saliente, Leonid Kuchma. Después de lograr reducir el impacto de la deuda rusa en 1998, Yúshenko fue nombrado primer ministro por Kuchma, y muchos analistas creen que éste le estaba preparando como sucesor. Su popularidad en todo el país llegó a contrastar con la mala imagen de Kuchma, quien le destituyó en 2001 apoyándose en los grupos industriales próximos a Moscú. De cauteloso y leal tecnócrata pasó a liderar la oposición, que propugna cambios políticos radicales en Ucrania.
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