Nueve jóvenes japoneses se quitan la vida en un supuesto ritual colectivo pactado por Internet

Nueve jóvenes japoneses murieron anoche en los alrededores de Tokio en lo que la policía sospecha que fue un suicidio colectivo pactado por Internet. Siete de ellos fallecieron asfixiados dentro de un vehículo por los gases de un brasero de carbón; casi a la misma hora, a kilómetros de distancia, dos mujeres más morían en otro coche de la misma forma.

La policía descubrió esta mañana un automóvil alquilado en la capital del país con los cadáveres de cuatro chicos y tres chicas, veinteañeros. Dentro del vehículo había cuatro braseros aún humeantes, y las notas manuscritas por los adolescentes para explicar su suicidio. Los jóvenes murieron al aspirar el monóxido de carbono que desprendió el carbón al consumirse. Los agentes habían sido alertados por un amigo de unas de las víctimas, que recibió un correo electrónico anunciando de su colega anunciándole sus intenciones.

También anoche murieron otras dos mujeres, de 27 y 21 años, en la localidad de Yokosuka, al sur de Tokio. Estas dos personas fueron halladas dentro de un coche alquilado y con dos braseros aún humeantes. Hace justo tres semanas, otros cuatro jóvenes se quitaron de la vida de una forma similar a cinco kilómetros del aparcamiento de los montes de Minano, donde la policía ha encontrado hoy el coche con los siete cadáveres. En ninguno de los casos se han hallado huellas de violencia que hagan pensar en que en realidad se trató de un asesinato.

La policía sospecha que todos estos jóvenes cerraron lo que denominan un "pacto de la muerte" a través de Internet, es decir, acordaron quitarse la vida juntos. Los agentes investigan ahora unas páginas web en la que los internautas buscan compañeros para cometer suicidio en compañía; estos foros se usan también para verter consejos sobre la forma más adecuada de hacerlo.

Entre enero de 2003 y junio de 2004 se quitaron la vida al menos 45 personas en rituales colectivos pactados por Internet, según datos policiales. El año pasado se produjeron 34.427 suicidios en Japón, un 7,1% más que en 2002; el mayor incremento correspondió a los menores de 20 años —22,1%—, aunque la tasa predominante sigue siendo la de los mayores de 50 años —suman el 60%—.